En la pampa [microform] : narraciones guachescas de la república ...
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08 CARLOS SÜRIGUEZ Y aCHÁ<br />
es día!...—entonces, los <strong>de</strong>más cambian miradas<br />
<strong>de</strong> inteligencia, ó se co<strong>de</strong>an sonriendo sareásticameute,<br />
hasta que ño Panta suelta alguna<br />
rasgando <strong>la</strong> tierra:<br />
¡Ni socio que fuera!...— pero Julián, parece que<br />
ni le oye abismado en el mundo <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as.<br />
Alijunas veces el viejo preten<strong>de</strong> ridiculizarle á<br />
los ojos <strong>de</strong>l patrón, sobre todo á los <strong>de</strong> Petrona,<br />
sin que él se <strong>de</strong> por advertido, tal como en<br />
este caso, en que con dulce mansedumbre llega<br />
hasta <strong>la</strong> temeridad.<br />
Los muchachos, traen ese día <strong>la</strong> última<br />
manada para que <strong>la</strong> cerdiemos.<br />
Don Plíícido y doña Mamerta, sentados al <strong>la</strong>do<br />
<strong>de</strong>l corral, se divierten mirando <strong>la</strong>s proesas <strong>de</strong><br />
sus peones en el arte fabuloso <strong>de</strong>l <strong>la</strong>zo, Ínterin<br />
toman el mate que les sirve su hija.<br />
±\o Panta, que atien<strong>de</strong> <strong>la</strong> puerta, al ver un<br />
bagual moro que relincha temb<strong>la</strong>ndo al contacto<br />
<strong>de</strong>l <strong>la</strong>zo, se ilumina á una sonrisa diabólica, y<br />
pregunta á don Plácido:<br />
—¿No es ese moro, el que usted quería hacer<br />
domar para <strong>la</strong> sil<strong>la</strong> <strong>de</strong> Petrona?<br />
— Sí, ño Panta — respon<strong>de</strong> el patrón, y, volviéndose<br />
á Petrona:—Hazme acordar, hija, para<br />
hacer que venga el domador— y aquí ño Panta,<br />
casi en <strong>la</strong> propias narices <strong>de</strong> los patrones<br />
dice:<br />
—¡Ahí tiene, amigo Julián, cumplido su encargo!—como<br />
en un espasmo, se agita Julián todo<br />
encendido; y creo que va á protestar, pero el<br />
patrón pregunta en ese momento:<br />
—¿Sabe domar, Julián?...— éste, al mirarle,<br />
encuentra <strong>la</strong>s pupi<strong>la</strong>s negras <strong>de</strong> Petrona, fijas