06.05.2013 Views

Capítulo I - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Capítulo I - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

Capítulo I - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El golpe en vago: cuento <strong>de</strong> la 18.ª centuria<br />

el chirrido <strong>de</strong> las ruedas en que iban levantados aquellos fantásticos pensiles. Multitud <strong>de</strong> jinetes cubría<br />

también el camino; unos en gozosa y suelta tropa, otros escoltando los coches o las carretas; éstos<br />

puestos <strong>de</strong> majo, <strong>de</strong> señores y magnates aquellos. Hase <strong>de</strong> agregar una variedad crecida <strong>de</strong> no <strong>de</strong>scritos<br />

peones que eslabonaba la procesión. Vendía limonada el uno; imitaba el otro al estudiante pobre, tal<br />

vez con harta precisión en la escasez; seguían éstos el verboso misticismo <strong>de</strong> las gitanos, pasaban<br />

aquellos en juegos y saltos sus cinco millas, y manifestaban todos una uniformidad <strong>de</strong> vehemente y<br />

sincero contento, que no conoce hoy España, sino por faustos recuerdos.<br />

Las ruinas <strong>de</strong> Itálica, sobre las cuales está fundado Santiponce, trajeron a la memoria <strong>de</strong> Carlos la<br />

bella composición <strong>de</strong> Rioja que tan viva y tiernamente las <strong>de</strong>scribe. Por fortuna <strong>de</strong> los concurrentes<br />

a la feria, pocos <strong>de</strong> ellos eran anticuarios ni literatos, y a ninguno importaba un bledo que hubiese<br />

sido Santiponce lo que ya no era ni había <strong>de</strong> volver a ser nunca. Siguiendo las huellas <strong>de</strong> otros<br />

jinetes, puso Carlos su caballo en seguridad, y tomó posesión <strong>de</strong> la silla vacante que había en un<br />

cuarto, adon<strong>de</strong> cinco o seis personas se entretenían con otros tantos platos <strong>de</strong> diferentes viandas. La<br />

puerta <strong>de</strong> la calle, pues con perdón <strong>de</strong>l señor Munárriz nos es permitido <strong>de</strong>scribir inversamente, la<br />

flanqueaban dos ver<strong>de</strong>s celosías, indicativas <strong>de</strong> ser aquel edificio tienda <strong>de</strong> barbero todo el año y<br />

fonda los días <strong>de</strong> feria. Había varias cosas extrañas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> aquella sala, y entre otras un perro que<br />

estuvo acariciando a Carlos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que entró en ella con la amabilidad más constante. Preguntó nuestro<br />

caballero, extrañando tan fina simpatía, a un hombre vestido <strong>de</strong> negro que enfrente <strong>de</strong> él estaba, si<br />

era suyo aquel animal.<br />

-Ni siquiera tengo el honor <strong>de</strong> conocerlo, señor caballero -respondió el <strong>de</strong>l vestido negro, con<br />

vivaracha faz, boca risueña y aire <strong>de</strong> sacristán legítimo-. ¿Ha notado acaso vuesa merced, señor<br />

caballero, en mi figura o porte alguna semejanza con las <strong>de</strong>l cuadrúpedo?<br />

-Sólo, señor licenciado, el buen humor y la afabilidad con los extranjeros.<br />

-En verdad, señor nuestro, que si se consi<strong>de</strong>ra el lugar y el tiempo, poco tiene <strong>de</strong> rara la sensibilidad<br />

<strong>de</strong>l alano. Bien sabido es lo que se refiere <strong>de</strong>l hidalgo que hallándose en el mismo caso en que está<br />

ahora vuestra señoría, a saber, acariciado por un <strong>de</strong>sconocido can en la tienda <strong>de</strong> un barbero, hubo <strong>de</strong><br />

pregunta a la barbera por qué se manifestaba el animal tan cariñoso.<br />

-Es muy afable el pobrecillo -respondió la <strong>de</strong>l rapista-, y quiere mucho a nuestros parroquianos,<br />

porque durante la tonsura se aprovecha <strong>de</strong> los pedacillos <strong>de</strong> carne que le caen <strong>de</strong> la cara. Tal es el<br />

estado <strong>de</strong>l presente barbarismo. ¡Felices los que vivieron en los días en que virgines ton<strong>de</strong>bant barbam<br />

et capillum patris!<br />

48

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!