Congreso Nacional de Espiritismo 1981 - Luz Espiritual
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www.amorpazycaridad.com<br />
dar más fuerza a esta ten<strong>de</strong>ncia, la cual le conducirá a cometer toda<br />
clase <strong>de</strong> aberraciones, que si el prin cipio <strong>de</strong> ejercerla, no recoge su<br />
castigo, más tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> él no se podrá librar. Entonces consi<strong>de</strong>remos<br />
al espiritismo como arma <strong>de</strong> doble filo que si no se apren<strong>de</strong> la<br />
habilidad <strong>de</strong> su manejo, se hace daño a sí mismo. Pero creo que<br />
todas estas explicaciones, están <strong>de</strong> más, cuando se sabe seguir con<br />
fi<strong>de</strong>lidad las máximas que voy con tanta insistencia remarcando y<br />
se podría hablar mucho sobre este particular, pero atendamos a la<br />
Caridad, pro mulgada por el Gran Maestro Jesús.<br />
SIN CARIDAD NO HAY SALVACION<br />
(Evangelio según el espiritismo)<br />
«Toda la moral <strong>de</strong> Jesús se resume en la caridad y en la<br />
humildad, es <strong>de</strong>cir, en las dos virtu<strong>de</strong>s contrarias al egoísmo y al<br />
orgullo. En todas sus enseñanzas, manifiesta que estas virtu<strong>de</strong>s<br />
son el camino <strong>de</strong> la eterna felicidad. Bienaventurados, dice, los<br />
pobres <strong>de</strong> espíritu, es <strong>de</strong>cir, los humil<strong>de</strong>s, porque <strong>de</strong> ellos es el<br />
reino <strong>de</strong> los cielos; bienaventurados los que tienen el corazón puro;<br />
bienaventurados los que son mansos y pací ficos; bienaventurados<br />
los que son misericordiosos; amad a vues tro prójimo como a<br />
vosotros mismos; haced a los otros lo que quisiérais que hiciesen<br />
por vosotros; amad a vuestros enemigos; perdonad las ofensas, si<br />
quereis que os perdonen; haced el bien sin obstentación; juzgaos<br />
vosotros mismos antes <strong>de</strong> juzgar a los otros. Humildad y caridad,<br />
esto es lo que no cesa <strong>de</strong> re comendar y <strong>de</strong> lo que El mismo da<br />
ejemplo; orgullo y egoísmo esto es lo que no cesa <strong>de</strong> combatir<br />
pero hace aún más que recomendar la caridad, la plantea con<br />
claridad y en términos explícitos como condición absoluta <strong>de</strong> la<br />
felicidad futura».<br />
Sinceramente estoy convencido <strong>de</strong> que la humanidad tiene<br />
establecidas, más que suficientes leyes <strong>de</strong> moral, como para<br />
querer yo, en mi humil<strong>de</strong> condición, establecer otras. (Nada más<br />
lejos <strong>de</strong> mi intención). Los espiritistas tenemos todas esas leyes o<br />
máximas, y aún más, contamos con el concurso y la gran ayuda<br />
que nos ofrecen los espíritus <strong>de</strong>sencarnados. Y sin embar go el<br />
espiritista, no obra, no actúa en razón y en base a todo cuanto<br />
tiene al alcance <strong>de</strong> su mano. Yo creo firmemente que tanto a la<br />
humanidad en general, como al espiritista muy en particular, les<br />
falta tiempo.<br />
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