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Brunner, John - Todos Sobre Zanzibar - Universidad del Cauca

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<strong>Todos</strong> sobre Zanzíbar <strong>John</strong> <strong>Brunner</strong><br />

salvajemente el movimiento <strong>del</strong> hacha.<br />

La mano de él —Sem lo vio claramente en medio de la lucha— volteó libremente en el<br />

aire, como una pelota emplumada de tenis de salón, y la hoja mostró sangre.<br />

—¡Vaya, vaya! —dijo entre dientes, y se inclinó tres centímetros más a<strong>del</strong>ante sobre la<br />

barandilla de la balconada.<br />

Alguien azotó a la chica desde atrás con un trozo de cable, dejándole a través de la mejilla<br />

y <strong>del</strong> cuello una marca roja. Ella se encogió, pero no hizo caso <strong>del</strong> dolor y abatió<br />

el hacha sobre una de las mesas de entrada de datos. Se desintegró en fragmentos de<br />

plástico y brillantes componentes electrónicos de pequeño tamaño.<br />

—¡Vaya, vaya! —repitió Sem con algo más de entusiasmo—. ¿Quién es el próximo?<br />

—¡Vamos a salir todos juntos esta noche y armar un poco de cachondeo! —propuso,<br />

excitado, Vil—. ¡Hacía años que no veía una tía con tantos cojones!<br />

La chica esquivó otra embestida y cogió algo de una mesilla de ruedas con la mano<br />

izquierda. Lo lanzó en dirección a Shalmaneser y un puñado de chispas marcó el impacto.<br />

Sem estudió pensativamente la proposición de Vil y se sintió inclinado a estar de acuerdo.<br />

La sangre que manchaba el hacha había salpicado las ropas marrones de la chica y el<br />

herido yacía, aullando, en el suelo.<br />

Sem chupó <strong>del</strong> filtro de su Joya de la Bahía, sintiendo tomar cuerpo la decisión mientras el<br />

humo, diluido automáticamente con cuatro partes de aire, se arremolinaba en sus<br />

pulmones. Pero aún estaba en ellos —podía contenerlo durante noventa segundos sin<br />

esfuerzo— cuando entró el tramoyista.<br />

CONTEXTO (3)<br />

«No es una coincidencia<br />

HAY QUE EMPUJARLE<br />

(COINCIDENCIA: No prestabas atención a la otra mitad de lo que estaba pasando.<br />

—El diccionario <strong>del</strong> felicrimen, por Chad C. Mulligan.)<br />

que tengamos locriminates. Soporte: «locriminal» es una adaptación de «Loki». No hagas<br />

caso a quien te diga que es un término compuesto de «loco» y «criminal». Se puede<br />

sobrevivir a un loco o a un criminal, pero si uno quiere sobrevivir a un locriminal lo mejor<br />

es que no esté allí cuando ocurra.<br />

«Antes <strong>del</strong> siglo XX, la concentración mayor de seres humanos se daba casi con seguridad<br />

en las ciudades asiáticas (con la excepción de Roma, y ya hablaré de Roma más a<strong>del</strong>ante).<br />

Cuando se metía demasiada gente por <strong>del</strong>ante de uno, uno se armaba con un panga o un<br />

kris y salía a cortar unas cuantas gargantas. No tenía importancia el que uno supiera o no<br />

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