Cuentos y poess populares andaluces

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enriscada, que no tenia ni vereda de cabra, y
liasta los rayos del sol se resbalaban en ella.
En el pinacbo estaba encaramado el pala-
cio de la Fortuna, que era de alabastro legí-
timo, con puertas de oro puro. Cuando acabó
de trepar \ llegó á la cumbre, entró en un pa-
tio como una plaza real, lleno de flores de to-
do el aFio, de frutales de todas estaciones,
y
de yerba siempre verde.
Empezó á llamar á voces á la fortuna de
D. José el Colmado. Presentósele entonces una
moza que le decia al sol quítate allá, lozana,
blanca, rubia, cada mejilla parecía una rosa
de á libra, y cada ojo una estrella planeta; traía
más faralaes que un tejado, y más perenden-
gues que tienda de joyero.
— ¿Qué me quieres? preguntó la moza muy
fanta'íiosa.
— Aquí me envía D. José el Colmado para
que le diga á su mercé de su parte que está
satisfecbo,y no quiere más; ¿se entera V., resa-
lada sandunguera?
—Pues diletú de la mía, respondió la bue-
na moza, que le be de dar, quiera que no,
basta que so muera, porque así me da mi real
gana; ¿estás?; y abora vuélvete por donde has
venido, que me empestas mi palacio á miseria.