Cuentos y poess populares andaluces

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ro, una Madre corta de luces y egoísta, y una
Tia vana y tiránica. ¡Qué desgraciado sino!
¡Qué fatal estrella!...
Tío MATÍAS.
Déjese su mercé de términos surrnscantes,
señorito, y cuénteme lo que le pasa, que ro
será la primera vez que el tio Matías saca á
su mercé de atajos.
CAI.IXTO.
Verdad es; pero no es el presente de los
de anlaño, como diría V. No se trata de di-
simular una travesura de niño, ni de lograr un
capricho de muchaclio: se trata ''.e cosas de mas
monta; se trata de mi suerte, de la felicidad
de mi vida.
no ¡UATIAS.
Pues con mas razón tome su mercé con-
sejo. Como me vé V. con polainas y sajones»
y como sabe que no tengo esludios de los fi-
nos, le parece á Y. que no alcanzo y que no
destingo. Pero yo diré á V., señorito, que e^
saberse manejar en este mundo indino no se
aprende en los libros, sino con los años; asina
el que quiera saber, que compre un viejo.