Cuentos y poess populares andaluces

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Fué una, y se la llevó el gato.
No tengas cuidado, Juan Holgado, contestó
la Muerte; mientras no veas tu casa descon-
charse, no aportaré por allá.
Juan Holgado se volvió á su casa, y le contó
á su muger cuanto le habia pasado y su mu-
ger, que era mas lista que él, le dijo, que cuan-
to le habia dicho la vieja lo podia creer, por
que nada habia mas verídico y cierto que la
Muerte.— En seguida echó por ahí la voz de
que su marido era un médico de los pocos, y
que no tenia mas que mirar á un enfermo á la
cara para saber si se moria ó se vivia.
Un domingo que estaban una porción de
mozalejas á la puerta de una casa más alegres
que unas sonajas, acertó á pasar por allí Juan
Holgado.
Ahí viene Juan Holgado, dijo una de ellas,
que al cabo de sus dias se nos la viene echando
de médico.—¡Pues mire Yd. que salir ahora
con esa sopa de ensalada al cabo de Ramos
Pascuas, parece cosa de juego!— Si se habrá
imnginado ese vejestorio que tiene unas luces
como eslabón de madera, que no hay mas si-
no el decir, y las gentes creer? y no es mas si-
no pura fachenda y para que le digan Don Juan,
y el Don le sienta como á un burro un sombre-