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Alternativa 3 - La Verdad Oculta entre las Sombras

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Ahora se dan cuenta de que tendrían que haber matado al viejo. Ése habría sido el<br />

camino lógico... para salvaguardar el secreto de <strong>Alternativa</strong> 3<br />

En realidad, es curiosos que no decidieran su muerte aquel jueves de febrero porque,<br />

tal como hemos señalado, apelan al crimen. Por supuesto, no se denomina asesinato... cuando<br />

es cometido conjuntamente por los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Soviética. En tales<br />

casos se trata de un “ajuste”.<br />

Existe la convicción de que muchos “ajustes” han sido decididos por los dieciséis<br />

hombres –representantes oficiales del Pentágono y el Kremlin- que componen el Comité<br />

Político. Se supone que ellos son los autores de asesinatos grotescos y aparentemente<br />

inexplicables cometidos en diversas partes del mundo: Alemania y Japón, Gran Bretaña y<br />

Australia.<br />

No hemos podido confirmar estas sospechas y aseveraciones, por lo que nos limitamos<br />

a registran que un número desconocido de personas –<strong>entre</strong> el<strong>las</strong> el distinguido radioastrónomo<br />

sir William Ballantines- han sido ejecutadas en virtud de este asombroso acuerdo <strong>entre</strong> <strong>las</strong><br />

grandes potencias.<br />

Destacados políticos, <strong>entre</strong> los cuales dos de Gran Bretaña, se sumaron a quienes<br />

intentaban obstaculizar la publicación de este libro. Insistieron en que no es necesario que el<br />

público sea informado sobre hechos tan desagradables, argumentando que los<br />

acontecimientos del futuro son ahora inevitables y que no se gana nada desencantando<br />

prematuramente el temor. Reconocemos que su punto de vista es sincero, pero insistimos en<br />

que el público debe saber. Tiene derecho a saber.<br />

También se hicieron intentos encaminados a neutralizar el programa de TV que centró<br />

por primera vez la atención pública en <strong>Alternativa</strong> 3. Dichos intentos tuvieron un éxito parcial.<br />

Naturalmente, después de la transmisión del programa –cuando se produjo un espontáneo<br />

estallido de angustia-, Sceptre Televisión se vio obligada a presentar una negativa formal: todo<br />

ha sido una burla. Eso les ordenaron que dijeran. Y eso dijeron.<br />

Entonces la mayor parte del publico se sintió satisfecha de que la tranquilizaran.<br />

Querían convencerse de que el programa había sido concebido como una burla, que sólo era<br />

un elaborado <strong>entre</strong>tenimiento escapista. Así todo resultaba más confortable.<br />

De hecho, los investigadores de la televisión descubrieron material mucho más<br />

turbador que el que les permitieron transmitir. <strong>La</strong> información censurada está ahora en nuestras<br />

manos. Asimismo, como ya hemos dicho, hubo muchas cuestiones que Benson y el resto del<br />

equipo televisivo no descubrieron... hasta después de la proyección del programa.<br />

No sabía, por ejemplo, que la monstruosa muerte de sir William Ballantine –acaecida<br />

no lejos de la base de Jodrell Bank- era un reflejo exacto de la de un profesor de temas<br />

aerospaciales apellidado Peterson, ocurrida en <strong>las</strong> cercanías de la Universidad de Stanford, en<br />

Palo Alto, California. También ignoraban que se celebraban conferencias mensuales debajo del<br />

hielo ártico.<br />

<strong>Alternativa</strong> 3 parece ser una concepción ridícula... hasta que se analiza la historia de la<br />

llamada carrera espacial. Desde el primer momento, al público sólo se le permitió lo que se<br />

consideraba adecuado. Muchos análisis prospectivos- y la magnitud de la información reunida<br />

<strong>entre</strong> el Este y el Oeste- se han mantenido en estricta reserva.<br />

En 1951 surgió un ejemplo insignificante pero típico, cuando por primera vez se lanzó a<br />

seres vivientes a la estratosfera. Al menos, finalmente se informó al público que se trataba de<br />

la primera vez. Se lanzaron cuatro monos –cuyos nombres en código eran Albert 1, 2, 3 y 4- en<br />

un cohete V2 desde White Sands, Nuevo México.<br />

¿Recuerda el lector White Sands? Allí fue donde el hombre del Dispatch de Columbus<br />

fotografió aquel extraño aparato al que, según admitió de mala gana un funcionario de la<br />

NASA, se conocía como “El platillo volante”.<br />

Los monos volvieron sanos y salvos a la Tierra. Tres sobrevivieron. Uno de ellos murió<br />

poco después como consecuencia de haber sido privado de su medio natural.<br />

Mucho después, cuando se filtró la noticia, se explicó que la Operación Albert se había<br />

mantenido en secreto por una sola razón: evitar cualquier posibilidad de que los amantes de los<br />

animales organizaran una manifestación de protesta.<br />

<strong>La</strong> mayoría de la gente aceptó la versión oficial, es decir, la de que los cuatro Albert<br />

habían sido los primeros viajeros espaciales del mundo. Pero ¿era verdad?<br />

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