1874 - Diputación Provincial de Almería
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ALMERÍA, Agosto, 1875<br />
La ciudad <strong>de</strong>l espejo.- El 24 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1824.- La<br />
alcazaba.- La <strong>Almería</strong> <strong>de</strong> antaño.- Los Moros en España.-<br />
Mi libro <strong>de</strong> apuntes.- El bombar<strong>de</strong>o <strong>de</strong> <strong>Almería</strong>.-<br />
Los pífanos 173 <strong>de</strong> montaña.- El Ateneo y la Sociedad<br />
Círculo <strong>de</strong> <strong>Almería</strong>.- La feria.- La navaja y mi barbero.-<br />
Un poco <strong>de</strong> geografía.- Por qué el comercio y la industria<br />
langui<strong>de</strong>cen.- La <strong>de</strong>sgracia <strong>de</strong> los ferrocarriles.<br />
Aquella noche dormí soñando continuamente con<br />
los caminos, los torrentes, los barrancos, los bor<strong>de</strong>s, los<br />
precipicios, las gargantas, Lozano, el cura, Lorca, la diligencia,<br />
los carlistas, la maravillosa hermosura y el “<strong>de</strong><br />
que” <strong>de</strong> Balzaseca; en una palabra: los pa<strong>de</strong>cimientos físicos<br />
y espirituales soportados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Cartagena a <strong>Almería</strong>.<br />
Tanto que mi sueño no fue ni restaurador, ni reparador<br />
<strong>de</strong> las fuerzas perdidas durante la complicada travesía;<br />
sino una continuación, ni más ni menos, <strong>de</strong> toda aquella<br />
confusión, sufrida con exceso, <strong>de</strong> la que ya tenéis noticia.<br />
Y por la mañana, cuando abrí los ojos, me sentí más fatigado,<br />
más roto, más muerto que cuando me había ido a<br />
dormir. Sin embargo, exclamé con el corazón henchido<br />
<strong>de</strong> reconocimiento: ¡Gracias a Dios eternamente! Y esto<br />
es todo. Y <strong>de</strong>jé que mi mente se distrajese por los <strong>de</strong>rroteros<br />
<strong>de</strong> la imaginación. – Dentro <strong>de</strong> poco veré <strong>Almería</strong>,<br />
el Portus magnus <strong>de</strong> los latinos, la ciudad <strong>de</strong>l espejo <strong>de</strong> los<br />
árabes, el baluarte <strong>de</strong>l islamismo, como la llamó Ebn<br />
Alfathib; veré su hermoso cielo, el magnífico cielo <strong>de</strong><br />
Andalucía vestido <strong>de</strong> azul, sus mujeres celebradas en todo<br />
el mundo, su tierra consolada por la más alegre sonrisa<br />
173 N.T. Flautín <strong>de</strong> tono muy agudo, usado en las bandas militares. Persona<br />
que toca este instrumento. (Real Aca<strong>de</strong>mia Española: Diccionario <strong>de</strong> la<br />
Lengua Española, Madrid, 1992).<br />
1875<br />
Giuseppe GARZOLINI<br />
Vista general <strong>de</strong>l Paseo <strong>de</strong> <strong>Almería</strong> hacia finales <strong>de</strong>l s. XIX. (Reproducida <strong>de</strong>l libro La <strong>Almería</strong> perdida, postales coloreadas, 1900-1936, <strong>de</strong> Juan Grima y Narciso<br />
Espinar; La Voz <strong>de</strong> <strong>Almería</strong>, 2005).<br />
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<strong>de</strong> la naturaleza, regada por la sangre <strong>de</strong> miles y miles <strong>de</strong><br />
liberales, suspiro eterno <strong>de</strong> los poetas <strong>de</strong> todo el orbe, <strong>de</strong><br />
todas las épocas, <strong>de</strong> todas las religiones; veré la heroica<br />
ciudad que, hace dos años, hizo frente a Contreras; que<br />
sufrió el martirio <strong>de</strong> 1821; que resistió hasta el extenuación<br />
con inusitado valor contra las prepotentes fuerzas<br />
<strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> Navarra aliadas con las <strong>de</strong> Francia, Pisa y Génova,<br />
etc., etc. – Y mientras le daba vueltas a estas cosas,<br />
me levanté <strong>de</strong> la cama y me vestí.<br />
Nada más salir <strong>de</strong> casa, me encontré con el nuevo<br />
teatro en construcción, y que se terminará cuando se<br />
termine; avancé y comencé a recorrer la primera calle<br />
que se me puso <strong>de</strong>lante, que me condujo hasta el Paseo<br />
<strong>de</strong>l Príncipe Alfonso, una calle ancha y muy larga, flanqueada<br />
por árboles muy frondosos y palmeras, dotada<br />
<strong>de</strong> cómodos y elegantes bancos: la rambla <strong>de</strong> <strong>Almería</strong>,<br />
o como dicen los franceses, su boulevard. Proseguimos.<br />
En el fondo <strong>de</strong> la rambla un café al aire libre, el café<br />
Suizo. Me <strong>de</strong>tuve, di una palmada, y tomé un agua <strong>de</strong><br />
naranja. A diez pasos <strong>de</strong>l café se erige una columna <strong>de</strong><br />
estilo greco-mo<strong>de</strong>rno, <strong>de</strong> 50 pies <strong>de</strong> alto, cuyo pe<strong>de</strong>stal,<br />
ro<strong>de</strong>ado por una verja <strong>de</strong> hierro, está enteramente<br />
cubierto <strong>de</strong> coronas <strong>de</strong> laurel en mármol negro, y <strong>de</strong><br />
otras <strong>de</strong> flores siemprevivas, que la religión <strong>de</strong> los hermanos<br />
* puso allí para <strong>de</strong>mostrar abiertamente que en<br />
sus corazones está siempre viva la memoria <strong>de</strong> quien<br />
se sacrificó por la libertad <strong>de</strong> la patria. Pero la razón <strong>de</strong><br />
esta columna me era absolutamente <strong>de</strong>sconocida, y si<br />
supe algo fue a través <strong>de</strong> algunas inscripciones, como<br />
la que está grabada en la gran esfera sobrepuesta (en<br />
* N.T. Se refiere a los liberales.