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1874 - Diputación Provincial de Almería

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- ¡De verdad!<br />

- Siendo así, quiero darle alguna pista.<br />

Y pasándome la navaja <strong>de</strong> afeitar garbosamente por<br />

las mejillas <strong>de</strong> abajo hacia arriba, comenzó a iniciarme<br />

en los misterios <strong>de</strong> esta horrible carnicería (mata<strong>de</strong>ro),<br />

ilustrando sus palabras con acciones, tiempos, contratiempos,<br />

golpes verda<strong>de</strong>ros, alar<strong>de</strong>s, engaños, que no<br />

habría sabido hacer mejor el más hábil profesor <strong>de</strong> navaja,<br />

ni el autor mismo <strong>de</strong>l arte <strong>de</strong> manciar 175 la navaja.<br />

- ¿Y se ensartan sin remedio?<br />

- En contadas ocasiones la reyerta finaliza con algún<br />

simple javeque 176 , que es una cuchillada hecha sobre el<br />

rostro y que significa: no te consi<strong>de</strong>ro digno <strong>de</strong> un agujero<br />

en el vientre, y por ahora conténtate con esto.- Habitualmente<br />

se tienen muy en cuenta los golpes infligidos en la<br />

parte baja, aquellos, por ejemplo, que pasando <strong>de</strong> <strong>de</strong>recha<br />

a izquierda comienzan cortando el hígado, o <strong>de</strong> izquierda<br />

a <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>scubren el bazo, los intestinos, y muchas<br />

veces también el estómago.<br />

- A<strong>de</strong>lante.<br />

- Un golpe que requiere gran agilidad y ojo ejercitado<br />

es el fiorentazo 177 , el cual abre el vientre <strong>de</strong> abajo hacia<br />

arriba haciendo un orificio por don<strong>de</strong> los intestinos pue<strong>de</strong>n<br />

salir con mucha holgura. Los profesores <strong>de</strong> primer círculo,<br />

y los <strong>de</strong> los contrarios que no dudan en <strong>de</strong>jarse la piel en la<br />

lucha, realizados unos pocos amagos hasta conocer el punto<br />

débil <strong>de</strong>l adversario, intentan un <strong>de</strong>siarretazo, que es la<br />

quintaesencia <strong>de</strong> los golpes y es mortal <strong>de</strong> necesidad.<br />

- Muy bien; continúe.<br />

- Está bien, se trata <strong>de</strong> entrar por la espalda, entre las<br />

últimas costillas, y llegar al corazón. Pero si no se es ágil y<br />

preciso se corre el riesgo <strong>de</strong> ser traspasado <strong>de</strong> parte a parte<br />

por el enemigo, <strong>de</strong>l modo más solemne que se pueda ver.<br />

Porque no hay golpe que, con mayor peligro, exponga la<br />

integridad <strong>de</strong> la persona a las ventajas <strong>de</strong>l adversario como<br />

el <strong>de</strong>siarretazo.- ¿Y sabe cuál es, en el noventa y nueve por<br />

ciento <strong>de</strong> las ocasiones, el <strong>de</strong>senlace <strong>de</strong> un <strong>de</strong>siarretazo?<br />

- El mutuo apuñalamiento <strong>de</strong> los dos valientes.<br />

- ¡Bravo!<br />

- Amen.<br />

Si os digo que durante esta lección no habría dado<br />

un céntimo por mi integridad, parecería una exageración.<br />

Sin embargo es así. Pensaba continuamente: si<br />

175 N.T. Empuñar, esgrimir.<br />

1875<br />

Giuseppe GARZOLINI<br />

352<br />

Luchando con navajas, según dibujo <strong>de</strong> Doré hacia mediados <strong>de</strong>l s. XIX.<br />

ese hombre en el ardor <strong>de</strong> la explicación me hace un<br />

tajo en el cuello, estoy aviado. Y al pensar en esto me<br />

venía un sudor frío en forma <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s goterones<br />

como nueces. Y ya notaba la navaja <strong>de</strong> afeitar penetrar<br />

en mi carne, ya me veía ensartado, <strong>de</strong>scuartizado; y<br />

mis pobres miembros esparcidos a los cuatro vientos.<br />

- Un charco <strong>de</strong> sangre coagulada, -continuó el buen<br />

barbero-, dos <strong>de</strong>sesperados que luchan con la muerte, algunas<br />

blasfemias, algunas oraciones, el nombre <strong>de</strong> la madre<br />

o el <strong>de</strong> la esposa murmurado entre estertor y estertor:<br />

he aquí la última escena <strong>de</strong> aquella tragedia.- ¡Es atroz!<br />

- ¡Qué! Bagatelas.<br />

Y en diciendo esto me miré en el espejo –y me<br />

espanté <strong>de</strong> mí mismo: estaba blanco, tan <strong>de</strong>sfigurado<br />

que parecía un muerto, recién levantado <strong>de</strong> la tumba.<br />

- Confiese Usted francamente que es una atrocidad.<br />

- ¡Qué dice! Le repito que son bagatelas.<br />

El barbero, habiendo comprobado que yo era hombre<br />

duro e imperturbable, se marchó con el rabo entre las<br />

piernas diciendo cortésmente: Que Usted lo pase bien.<br />

Entonces eché la vista sobre la navaja que estaba<br />

allí, sobre la mesita, y me pareció manchada <strong>de</strong> sangre.<br />

Y me entró un temblor como nunca antes.<br />

176 N.T. Jabeque: Herida en el rostro hecha con arma blanca corta (Real aca<strong>de</strong>mia Española: Diccionario <strong>de</strong> la Lengua Española, Madrid, 1992).<br />

177 N.T. Pue<strong>de</strong> referirse por similitud al golpe dado con el florete, que recibe la <strong>de</strong>nominación <strong>de</strong> floretazo.

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