Un Sueño Hecho Realidad (estudio de caso, El Diviso)

econociendo los beneficios de la misma. Ese año, ASADI fundó una tienda
asociativa ubicada en el sector central de la comunidad, con un aporte de
$4225 pesos por agricultor asociado ( $6 dólares). Este lugar sería el centro
de acopio y distribución de otros productos alimentarios, así como de
semilla y grano de maíz producidos por el CIAL..
Los miembros del CIAL pensaban que la investigación trataba de ensayar y
ensayar, pero nunca llegaron a pensar que en 1994, lograrían –gracias a la
asesoría de José Ignacio Roa- fundar la Asociación de Productores de
Semilla Artesanal de Maíz, ASPROSMAIZ. La asociación producía
artesanalmente 4 variedades de semilla maíz SWAN, ACROSS, TUSPEÑO,
LA POSTA, unos de color amarillo y otros blancos.
“...cuando se pasó de experimentar y saber que solo iban a ser productores
para aumentar el rendimiento y sin pensarlo y por sugerencia del Ing. José
Ignacio Roa del CIAT, pasar a ser productores de semilla..para surtir de
semilla ya probada en nuestra región en otras comunidades.”. 14
El CIAL no disponía de un terreno propio para establecer un lote comercial
destinado a potencializar los resultados de la investigación. Al terminar ésta
etapa deciden arrendar lotes para producir maíz a mayor escala. Este hecho
permitió la consolidación del trabajo del CIAL, establecer un sistema de
producción artesanal de semilla y grano de maíz, y desarrollar habilidades
para negociar durante la distribución de estos productos. La carencia de
tierra, hace que el CIAL permanezca unido y decide realizar un contrato
colectivo por el arrendamiento de un lote, al cual debían limpiarlo de zarza,
una maleza muy agresiva, y entregarlo sembrado de pasto. Por suerte, el
contrato se canceló antes de tiempo y el CIAL se libró de entregarlo en las
condiciones exigidas.
Fue un año en que gracias a la producción de semilla de maíz, hubo
generación de empleo en la comunidad y también las visitas de personas de
otras regiones favorecieron el intercambio de experiencias, e igual el CIAL
realizó una gira al CIAT, en donde tuvieron la oportunidad de aprender a
seleccionar y conservar las semillas de maíz.
El problema de falta de acceso a la tierra
propia, los justificaba para buscar y enfrentar
otras oportunidades. En 1995 el CIAL participa
en una licitación del INCORA a la cual
explicaron lo que significaba la palabra CIAL, a
“...el hecho de vender semilla
fuera de la comunidad porque
nos da buena imagen, más
dinero y transformamos el grano
de maíz con la maquinaria...”
Archivo IPRA: momentos
importantes, 1999
qué se dedicaban, el por qué y para qué necesitaban la tierra, por esto
14 Archivo IPRA: momentos importantes, 1999.
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