REVISTA CRISTIANA - Fundación Federico Fliedner

que varía desde tres pulgadas hasta seis
pies en las rocas submarinas. Tienen
una base angosta, y á cierta altura se
ensancha considerablemente, y da al
conjunto la apariencia de una copa
ahondada con simetría. A semejantes
copas de tan colosal tamaño, la imaginación
de los marinos no podia dar más
que un nombre adecuado, el del dios del
mar, y por eso las han llamado copas de
Neptuno.
La pesca de esponjas se efectúa prin •
cipalmente en el archipiélago griego y
en el litoral de la Siria. La tripulación
de cada bote se compone de cuatro ó
cinco hombres que se diseminan á lo
largo de la costa en dos ó tres millas,
para buscar esponjas bajo los peñascos y
arrecifes. Comienzan la pesca en Junio
en las costas de Siria, y la suspenden
en fines de Octubre. Las esponjas de
clase inferior se recogen o en aguas o de
poca profundidad. Se pescan con harpones
de tres dientes, pero no sin deteriorarlas
más ó menos. Las más finas y
costosas se hallan sólo á una profundidad
de 20 ó 30 brazas. Se sacan de
allí por buzos que se sirven de un cuchillo
para desprenderlas cuidadosamente
de las rocas.
Las pesquerías del Archipiélago suministran
algunas esponjas muy finas al
comercio. Las de Siria expenden también
bastantes de la mejor calidad, pero son
de tamaño mediano, mientras que las
de la costa de Berbería son de grandes
dimensiones, de tejido muy fino y muy
solicitadas en Inglaterra y los Estados
Unidos. En el mar Rojo los árabes pescan
esponjas,parte délas cuales venden
á los ingleses en Aden, y parte mandan
á Egipto. En el Bahama y en el Golfo
de México, las esponjas se hallan á poca
profundidad. Los pescadores españoles,
americanos é ingleses, sumergen un
palo largo en el agua, cerca del bote,
para buscar las esponjas y sacarlas.
La esponja fina y blanda de Siria, se
distingue por su ligereza, su forma y su
hermoso color blondo.
La esponja griega, aunque menos estimada
que las precedentes, tiene más
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consumo para los usos demésticos é industriales.
La esponja de Berbería de
color oscuro, es estimada por la prontitud
con que absorbe el agua y su buena
duración.
Hay dos modos de preparar las esponjas
para el mercado. Cuando se acaban
de sacar de sus criaderos y se llevan á
la playa, contienen entre sus corriosas
fibras una carnosidad parduzea y glutinosa
que despide un olor desagradable
y malsano, y haria que la esponja se
corrompiera si se dejara en semejante
condicion, y por eso se entierran en la
arena seca y se dejan allí hasta que la
carne se achicharra. Una vez que esto
pasa, se desentierran, se ponen en canastos
de alambre que se sujetan á la orilla
de la playa, á fin de que las olas en
su flujo y reflujo al pasar sobre ellas las
laven y quiten de ellas todo residuo de
sustancia extraña. Algunas de las esponjas
más finas son después aprensadas,
remojadas en una solucion de áci-
co muriático para blanquearlas y disolver
las partículas que tengan adheridas
de carbonato de cal. Como esta operación
debilita algo su tejido, las esponjas
corrientes no son blanqueadas remojándolas
en ácidos, sino que simplemente
se limpian, y por eso conservan su
color amarillento y rojizo.
Cuando tomamos en las manos estos
esqueletos, no podemos menos qne hacernos
estas preguntas: ¿Habrán estado
alguna vez dotados de vida? ¿Qué clase
de vida es ésta? Nuestro Padre celestial
que inspiró el espíritu vital en todos los
seres animados, es el único que sabe
dónde reside éste y cuál es su naturaleza.
Maravillas son todas sus obras; y cada
una de ellas pregona su grandeza y
nos mueve á tributar nuestros humildes
homenajes de adoracion á tan excelso
Sér.