REVISTA CRISTIANA - Fundación Federico Fliedner
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2 8 0 R e v is t a C r i s t i a n a .<br />
Fórmula de adhesión para los ministros<br />
de la Iglesia:<br />
Los que firman se comprometen, según<br />
su conciencia, á predicar la Palabra<br />
de Dios tal como está contendida en<br />
los libros canónicos del Antiguo y Nuevo<br />
Testamento, y en conformidad con<br />
la presente confesion de fe.<br />
LA CONSAGRACION<br />
DEL OBISPO EVANGÉLICO EN MADRID.<br />
Lo que hace ya varios años se venia<br />
preparando, ha tenido por fin lugar el<br />
domingo 23 de Setiembre en la Iglesia<br />
del Redentor, calle de la Beneficencia.<br />
Los clamores de los romanistas, los<br />
recursos é influencias, altas y bajas, que<br />
con una tenacidad digna de mejor causa<br />
habían empleado los eternos enemigos<br />
de la pureza y verdad cristiana, han<br />
sido inútiles ante la autoridad de la ley<br />
constitucional que la nación, por medio<br />
de sus representantes en Cortes, se ha<br />
dado á sí misma en uso de su más perfecto<br />
derecho.<br />
Del lenguaje de plazuela que con este<br />
motivo, antes y despues, han empleado<br />
y siguen empleando los mansos y católicos<br />
redactores de los periódicos ultramontanos,<br />
no nos permiten hacernos<br />
cargo la dignidad de personas y los<br />
mandamientos del Evangelio. ¡Allá<br />
ellos!<br />
Conste, desde luego, que la dilación<br />
del acto por tantos tiempos no ha sido<br />
porque las autoridades civiles, actuales<br />
ó pasadas, hayan hecho oposición directa<br />
ó indirecta, pues no podían hacerla,<br />
y por consiguiente, no la han hecho. El<br />
mismo señor Cánovas proclamó muy<br />
alto, en el llamado templo de las leyes,<br />
que el templo, el libro y el cementerio<br />
eran y son libres. Y por eso en los te in<br />
te, os halle durmiendo. Y lo que á vosotros os<br />
digo, lo digo á todos: Yelad.<br />
Apoc. 22, 20.—El que da testimonio de estas<br />
cosas dice: « Ciertamente vengo en breve.»<br />
Amen, sea así. ¡Yen, Señor Jesús!<br />
píos ó capillas protestantes se ha bautizado,<br />
se ha casado, se han consagrado<br />
pastores, se han reunido mil veces<br />
Asambleas ó Sínodos, se han nombrado<br />
presidentes de ellas y se han hecho<br />
leyes eclesiásticas. ¿Qué dificultad, pues,<br />
podia haber, ni había, ni hay, para que<br />
una rama de la Iglesia Evangélica que<br />
ha adoptado el régimen llamado episcopal<br />
elija y consagre su jefe, su Obispo?<br />
La dilación, pues, de tal consagración<br />
no ha sido por dificultades oficiales que<br />
los gobiernos hayan puesto nunca, pues<br />
no podían ponerlas.<br />
¡Que el pueblo de Madrid ha manifestado<br />
sentimiento y disgusto por tal<br />
acto!... á cualquier cosa llaman estos<br />
neos pueblo de Madrid. El pueblo de<br />
Madrid es amante de la libertad; el pueblo<br />
de Madrid está hace mucho tiempo<br />
divorciado de la religión oficial; el pueblo<br />
de Madrid no quiere por más tiempo<br />
ir uncido á un carro donde van muy<br />
descansados y muy holgados los Sanchas,<br />
Cardonas y los Cos. Y una prueba<br />
de que es así, la tenemos en que, siendo<br />
el acto de la Consagración en du-<br />
mingo y á la hora del culto matutino,<br />
las otras Iglesias Evangélicas de Madrid<br />
tuvieron la concurrencia igual ó<br />
mayor que todos los domingos, y sin<br />
embargo, la Iglesia de la Beneficencia<br />
estaba llena de muchedumbre ansiosa,<br />
de todas las clases sociales, que aplaudieron<br />
unánimes la seriedad, la solemnidad,<br />
la sencillez, la ternura y significación<br />
de aquel acto, los cantos religiosos<br />
que lo acompañaron, las exhortaciones,<br />
las oraciones, las ceremonias severas,<br />
todo hecho y dicho con unción, con<br />
recogimiento y con piedad.<br />
Dejemos, pues, á los desgraciados,<br />
que tan malos dias han pasado, revolverse<br />
inquietos é impotentes ante el<br />
movimiento de la humanidad. Dij o un<br />
dia el célebre Balmes: «El mundo marcha,<br />
y al que se le ponga delante lo<br />
arrollará.» Su profecía se está cumpliendo,<br />
y se cumplirá más en los tiempos<br />
venideros.<br />
Hora es ya de que desaparezca un<br />
Cristianismo adulterado y corrompido,