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John Stott – La Cruz de Cristo

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74 HACIA LA CRUZ<br />

tras vez. A veces le dan un carácter más personal, expresándolo en<br />

primera persona: "<strong>Cristo</strong> murió por nosotros:" Todavía no hemos<br />

dado una explicación ni i<strong>de</strong>ntificado la bendición por la cual murió<br />

en nuestro beneficio, pero por lo menos estamos <strong>de</strong> acuerdo en que<br />

fue 'por vosotros' y 'por nosotros'.<br />

En segundo lugar, <strong>Cristo</strong> murió por nosotros para llevarnos a Dios<br />

(1 Pedro 3.18). El propósito beneficioso <strong>de</strong> su muerte se centra en<br />

nuestra reconciliación con Dios. Como lo expresa el Credo niceno,<br />

"por nosotros [general] y por nuestra salvación [particular] <strong>de</strong>scendió<br />

<strong>de</strong>l cielo". ¿En qué consiste esta salvación porla cual murió en nuestro<br />

beneficio? Algunas veces se la <strong>de</strong>scribe como re<strong>de</strong>nción, perdón o<br />

liberación; es una salvación <strong>de</strong> algo. Otras veces se la <strong>de</strong>scribe en forma<br />

positiva, como vida nueva o eterna, o paz para con Dios en el disfrute<br />

<strong>de</strong> su favor y su comunión. Es salvación para. 2 El vocabulario preciso<br />

no interesa por el momento. Lo importante es compren<strong>de</strong>r que es<br />

como consecuencia <strong>de</strong> su muerte que pue<strong>de</strong> otorgarnos la gran<br />

bendición <strong>de</strong> la salvación.<br />

Tercero, <strong>Cristo</strong> murió por nuestros pecados. Estos constituían el<br />

obstáculo que nos impedía recibir el regalo que Dios quería darnos.<br />

Era preciso eliminarlos antes. <strong>Cristo</strong> se ocupó <strong>de</strong> nuestros pecados,<br />

los anuló mediante su muerte.<br />

Esta expresión 'por nuestros pecados' (o frases similares) ha sido<br />

usada por la mayoría <strong>de</strong> los principales autores neotestamentarios.<br />

Al parecer, tenían muy en claro que la muerte <strong>de</strong> <strong>Cristo</strong> y nuestros<br />

pecados estaban relacionados entre sí, aunque <strong>de</strong> algún modo todavía<br />

no <strong>de</strong>terminado. He aquí algunas citas a modo <strong>de</strong> ejemplos: "<strong>Cristo</strong><br />

murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras" (Pablo).<br />

"<strong>Cristo</strong> pa<strong>de</strong>ció una sola vez por los pecados" (Pedro). "Se presentó<br />

una vez para siempre por el sacrificio <strong>de</strong> sí mismo para quitar <strong>de</strong> en<br />

medio el pecado", "habiendo ofrecido una vez para siempre un solo<br />

sacrificio por los pecados" (Hebreos). "<strong>La</strong> sangre <strong>de</strong> Jesucristo su Hijo<br />

nos limpia <strong>de</strong> todo pecado" (Juan). "Al que nos amó, y nos lavó <strong>de</strong><br />

nuestros pecados con su sangre ." sea gloria oo." (Apocalipsis).3 Todos<br />

estos versículos (y muchos otros) vinculan su muerte con nuestros<br />

pecados. ¿Cuál es, entonces, el vínculo entre la muerte <strong>de</strong> <strong>Cristo</strong> y<br />

nuestros pecados?<br />

Llegamos al cuarto momento <strong>de</strong> nuestra interpretación preliminar.<br />

Cuando murió por nuestros pecados, <strong>Cristo</strong> murió nuestra muerte.<br />

Su muerte y nuestra muerte están vinculadas. Pero el vínculo no<br />

es simplemente un vínculo <strong>de</strong> consecuencia (<strong>Cristo</strong> fue víctima <strong>de</strong><br />

nuestra brutalidad humana). Es un vínculo <strong>de</strong> castigo: él soportó en<br />

DEBAJO DE LA SUPERFICIE 75<br />

su persona inocente el castigo que merecían nuestros pecados. <strong>La</strong>s<br />

Escrituras <strong>de</strong>claran que la muerte está relacionada con el pecado. Es<br />

la justa recompensa <strong>de</strong> este: "<strong>La</strong> paga <strong>de</strong>l pecado es muerte" (Romanos<br />

6.23). En todas partes la Biblia entien<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> los hombres no<br />

como un hecho natural sino como una consecuenciapenal. <strong>La</strong> muerte<br />

es un factor extraño en el buen mundo <strong>de</strong> Dios. No es parte <strong>de</strong> su<br />

intención original para la humanidad. Por cierto, los registros fósiles<br />

indican que la conducta predatoria y la muerte existían en el reino<br />

animal antes <strong>de</strong> la creación <strong>de</strong>l hombre. Sin embargo, al parecer Dios<br />

tenía la intención <strong>de</strong> que los seres humanos, portadores <strong>de</strong> su imagen,<br />

tuviesen un fin más noble. Quizás semejante a la 'trasposición' que<br />

experimentaron Enoc y Elías, ya la 'transformación' que se llevará a<br />

cabo en los que estén vivos cuando venga Jesús. 4 En todas las Escrituras,<br />

la muerte (tanto física como espiritual) aparece como un juicio<br />

divino ante la <strong>de</strong>sobediencía humana. 5 De allí las expresiones <strong>de</strong><br />

horror en relación con la muerte. Sentimos como una anormalidad<br />

el hecho <strong>de</strong> que el hombre pase por las mismas experiencias que "las<br />

bestias que perecen", puesto que "lo que suce<strong>de</strong> a los hijos <strong>de</strong> los<br />

hombres, y lo que suce<strong>de</strong> a las bestias, un mismo suceso es".6 De allí<br />

también el violento 'bufido' (traducido 'estremecimiento') <strong>de</strong> indignación<br />

que expresó Jesús cuando se enfrentó con la muerte ante la tumba<br />

<strong>de</strong> Lázaro.? <strong>La</strong> muerte era un cuerpo extraño. Jesús la resistió; no la<br />

podía aceptar.<br />

Si la muerte es el castigo que correspon<strong>de</strong> al pecado, y si Jesús no<br />

tenía ningún pecado propio en su naturaleza, en su carácter o en su<br />

conducta, ¿acaso no tendremos que <strong>de</strong>cir que no tenía necesidad <strong>de</strong><br />

morir? ¿Acaso no podría haber sido traspuesto? Cuando su cuerpo se<br />

volvió traslúcido, en la ocasión en que se transfiguró en la montaña,<br />

¿no tuvieron allí los apóstoles la oportunidad <strong>de</strong> ver anticipadamente<br />

su cuerpo <strong>de</strong> resurrección (<strong>de</strong> allí sus instrucciones para que no se lo<br />

dijeran a nadie hasta que hubiese resucitado <strong>de</strong> los muertos, en<br />

Marcos 9.9)? ¿No podría haberse trasladado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí mismo al cielo<br />

para escapar a la muerte? Sin embargo, Jesús volvió a nuestro mundo<br />

a fin <strong>de</strong> encaminarse voluntariamente a la cruz. Insistió en afirmar<br />

que nadie podía quitarle la vida; la iba a entregar por su propia<br />

voluntad. De modo que cuando llegó el momento <strong>de</strong> la muerte, Lucas<br />

la presentó como un acto llevado a cabo por su propia <strong>de</strong>terminacíón.<br />

"Padre", dijo, "en tus manos encomiendo mi espíritu:,g<br />

Todo esto significa que la sencilla afirmación <strong>de</strong>l Nuevo Testamento<br />

<strong>de</strong> que '<strong>Cristo</strong> murió por nuestros pecados' contiene mucho más que<br />

lo que aparece en la superficie. <strong>La</strong> Biblia <strong>de</strong>clara que Jesús, quien al

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