Estudios Revista Ecléctica. Número 159 - Christie Books
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PREGUNTA (extractada): Doctor Martí Ibáñez:<br />
En estos días de guerra y angustia me ha sucedido<br />
un hecho que me tiene altamente intrigado<br />
y para cuya explicación recurro a sus conocimientos<br />
psicológicos y sociológicos. Hace dos<br />
años que voy detrás de una mujer, a la cual<br />
amaba locamente, tanto sexual como espiritualmente,<br />
sin conseguir de ella más que una amistad<br />
cordial, pero viéndola fría totalmente en el<br />
terreno sexual. Esa mujer tiene fama en el pueblo<br />
de frialdad y de ser indiferente al amor. Me<br />
he consumido por ella sin conseguir ser correspondido.<br />
Ella tan sólo apreciaba sus libros, su<br />
carrera de maestra y sus tareas literarias (escribe<br />
en varios periódicos de la provincia), y yo<br />
creía que siendo un trabajador manual era por<br />
esa razón que no le interesaba. Hace una semana<br />
hubo un bombardeo por los aviones fascistas y<br />
todos tuvimos que escondernos en diversos refugios<br />
subterráneos. En aquella hora de pánico,<br />
ella permaneció tres horas escondida debajo de<br />
unos puentecillos de la carretera junto con algunos<br />
labradores. Pasó el peligro y entonces (después<br />
lo contaron ellos mismos) ella cayó en<br />
brazos de uno que ni siquiera la conocía y se<br />
entregó a él, después de lo cual huyó atropelladamente<br />
y vino a encontrarme hecha un mar<br />
de lágrimas y diciéndome que no se lo explicaba<br />
cómo le había pasado. Al afearle yo su conducta<br />
y decirle lo que pensaba de ella, arreció en su<br />
llanto y dijo que ahora comprendía que me<br />
amaba y que se sentía ligada a mí, que la perdonase<br />
y que viviésemos felices. Sin oírla casi<br />
la eché a la fuerza de mi casa y la he vuelto a<br />
echar tres veces más que ha acudido con la<br />
misma historia. Pero estoy sufriendo mucho, y<br />
aunque creo que todo es una comedia de esta<br />
mala mujer, deseo de su bondad que me saque<br />
de esa duda espantosa en que vivo y me diga<br />
cuál debe ser mi conducta.—Un anarquista madrileño.<br />
RESPUESTA: La vida, amigo mío, no es la rosada<br />
aurora de luz de los filósofos optimistas, ni<br />
el doloroso valle de lágrimas de los católicos. Es<br />
sencillamente seria. Y el carácter dramático de<br />
la misma le viene prestado por ese continuado<br />
forcejeo del hombre y las circunstancias que le<br />
rodean. La vida es drama, porque drama es<br />
toda pugna de los ideales del hombre con las<br />
realidades del áspero vivir.<br />
Y el acento más dramático se recarga no ya<br />
sobre los acontecimientos externos a nuestra<br />
personalidad, sino sobre los íntimos conflictos,<br />
© faximil edicions digitals 2006<br />
Consultorio Psíquico-Sexual<br />
Dr. Félix Martí Ibáñez<br />
ese choque de pedernales que en el alma suscitan<br />
por una parte los ensueños anhelados y por<br />
otra las esperanzas fallidas: oro de ilusiones y<br />
ceniza fría de los desengaños.<br />
Su oaso es una de esas típicas piruetas que<br />
gusta la vida de hacernos jugar y en virtud de<br />
las cuales, en una forzada acrobacia, quedamos<br />
balanceándonos en la cuerda floja de la duda.<br />
Si consideramos los eslabones finales de su<br />
caso, todo resulta inexplicable: ¿Por qué una<br />
mujer tachada de frígida se entrega súbitamente<br />
a un campesino desconocido? ¿Por qué ese repentino<br />
enamoramiento suyo de usted? ¿A qué<br />
obedece ese viento de locura que parece haber<br />
soplado durante unos días sobre una cabeza femenina<br />
antes equilibrada y serena?<br />
Su caso plantea un problema sexológico de<br />
actualidad: las mutaciones que la libido puede<br />
experimentar al influjo de las variaciones del<br />
medio ambiente.<br />
El caso que me narra usted tiene como factores:<br />
Una mujer en apariencia normal y un hombre<br />
que la ama. Ella, fría y apática en el terreno<br />
sexual; usted, siempre ardiente y apasionado.<br />
Durante bastantes meses, ella y usted —la nieve<br />
y la brasa— se relacionan sin que se derrita<br />
esa costra de hielo que parece envolver la sexualidad<br />
de nuestra heroína. De súbito, esa mujer<br />
que parecía vivir tan sólo, casta y pura, para sus<br />
libros y su escuela, despierta de su letargo erótico,<br />
se entrega frenéticamente a un desconocido<br />
y le persigue a usted después corno impelida por<br />
un interno huracán amoroso.<br />
Ante el hecho desconcertante cabe pensar en<br />
si todo aquello es una superchería imaginada por<br />
una mujer hipócrita, para revestir con un desconcertante<br />
antifaz sus veleidades eróticas.<br />
Pero no radica ahí la clave. En Sexología debemos<br />
siempre examinar cuidadosamente tres<br />
factores: A), El alma humana, con sus instintos<br />
y sus misteriosas complejidades, y los elementos<br />
endocrinoneurológicos, que pueden influir en la<br />
persona analizada. B), El medio ambiente y sus<br />
fluctuaciones. C), Las reacciones imprevistas que<br />
una persona verifica al influjo de su medio ambiental.<br />
Y el problema que hoy hemos de disecar en<br />
el laboratorio psicológico, es sobre todo un caso<br />
en el cual la sexualidad de una mujer reacciona<br />
con violencia inusitada a un estímulo exterior,<br />
súbito e inesperado.<br />
Dos fases existen en la vida de la mujer objeto<br />
de sus anhelos: En una época que se extiende<br />
desde que usted la conoce hasta el día de la ca-