Menno Simons- su vida y escritos - El Cristianismo Primitivo
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is propició un movimiento de partidarios <strong>su</strong>yos que se conocieron<br />
con el nombre de Davidienses, aunque nunca llegaron<br />
a ser numerosos. Finalmente en 1544, abrumado por<br />
las persecuciones y tribulaciones, los abandonó y adoptando<br />
el nombre de Juan de Bruselas se refugió en Basel, donde<br />
murió en 1556.<br />
La enseñanza de Joris era una extraña mezcla de fanatismos<br />
teologales y paradojas. Pretendía haber recibido un llamamiento<br />
divino para ser profeta y establecer el reino de<br />
Dios en la tierra, sobre el cual debería reinar él como el tercer<br />
David. Tan lejos llegó en <strong>su</strong> doctrina, hasta enseñar que<br />
la obra y revelación de Cristo no eran <strong>su</strong>ficientes y que las<br />
Sagradas Escrituras serían reemplazadas por <strong>su</strong>s propias<br />
obras literarias inspiradas, que contenían la revelación final<br />
de Dios. Su concepto del pecado carnal era tal que enseñó<br />
que el hombre interior no era afectado por lo que la carne<br />
hiciera, y por lo tanto las obras más groseras que ésta cometiera,<br />
no serían consideradas como pecado. A consecuencia<br />
de esta enseñanza, aparecieron entre los Davidienses<br />
muchos pecados e inmoralidades, incluyendo adulterio<br />
y poligamia.<br />
<strong>Menno</strong> había atacado a David Joris y <strong>su</strong>s enseñanzas<br />
desde el primer momento. Incitado por lograr ataques de<br />
<strong>Menno</strong> en los “Fundamentos”, Joris le escribió una carta<br />
desafiándole a prepararse para una gran polémica. <strong>Menno</strong><br />
replicó enérgicamente al desafío de Joris en una vigorosa<br />
carta escrita en 1542, donde puntualizaba que un mayor<br />
contacto entre los dos era imposible puesto que cada uno<br />
reposaba sobre plataformas radicalmente opuestas, ya que<br />
<strong>Menno</strong> seguía a Cristo y <strong>su</strong> Palabra, mientras que Joris seguía<br />
<strong>su</strong>s necios y egoístas <strong>su</strong>eños y alucinaciones. Luego<br />
rogaba a Joris que dejase de escribirle, pues no leería ni una<br />
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