ESFUÉRZATE Y SE VALIENTE - Editorial Aldevara
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Esfuérzate y se Valiente<br />
Éramos cuatro hermanos, con un padre inestable, de carácter volátil, nada afectivo<br />
y distante.<br />
Un hogar donde la reina y jefa era nuestra madre, una italiana que había llegado<br />
a Argentina tan solo con cinco meses. Una guerrera que aprendió con lágrimas de<br />
sangre llevar adelante a su familia, una mujer que tuvo que ser padre, madre, amiga,<br />
hermana, cristiana, trabajadora y miles de rubros más. Es increíble de lo capaz que<br />
Propiedad<br />
puede llegar a ser una mujer, de su fuerza de voluntad, del amor incondicional que<br />
puede tener hacía un hombre que no le daba absolutamente nada, que más que su<br />
esposo, fue otro hijo más...<br />
de<br />
Mi tío Benito, hermano menor de mi madre, asistía hacía tiempo a una iglesia<br />
evangélica, al poco tiempo logró convencer a mi madre de unirse a él, corría el año<br />
1985...<br />
www.<br />
En este lugar mi madre encontró el refugio perfecto, ante tantas discusiones, ma-<br />
nos decía Una nueva persona en Cristo.<br />
aldevara.<br />
las relaciones familiares y demás, ella empezó a cultivar una relación con Dios, que<br />
con el tiempo crecería con grandes frutos y nos daría a una nueva madre, como ella<br />
Las relaciones con mi padre no iban viento en popa, sino de mal en peor, no sé<br />
porque su desprecio hacía mí era cada vez mayor, y para un adolescente, este tipo<br />
de cosas puede causar estragos en la autoestima. Siempre fui de carácter fuerte, de<br />
contradecir todo, de discutir todo, de contestar, y esto fue algo que a mi padre jamás<br />
le gustó. La gran mayoría de las veces<br />
es<br />
no estaba de acuerdo con las decisiones que<br />
tomaba, que a la larga, siempre nos perjudicaban como familia.<br />
Una noche de verano había decidido dejar las ventanas abiertas para que entre<br />
un poco de aire en mi habitación, no sé porque exactamente, mi padre entró al cuarto<br />
y me dijo que las cierre inmediatamente, pero yo como siempre, insistí en que hacía<br />
mucho calor. Dado mi negativa, mi padre arremetió contra mí, dándome una patada<br />
en el pecho varias veces y cerró la ventana.<br />
Mis abuelos paternos estaban al tanto de la situación con mi padre e insistieron<br />
en que me fuera a vivir con ellos un tiempo. No lo dudé un segundo, aunque fui un<br />
poco egoísta, no pensaba en la reacción de mi madre. Pero ya era insostenible vivir<br />
con él.<br />
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