ESFUÉRZATE Y SE VALIENTE - Editorial Aldevara
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Josué A. Giunta<br />
Un señor mayor, siempre vestía de azul, era cojo, llevaba un misterioso bastón.<br />
De pelo y barba de color blanco plata. Parecía una buena persona y era alguien muy<br />
educado e inteligente.<br />
Empezamos a hacernos muy amigos, a conversar bajo la luz de la luna durante las<br />
Propiedad<br />
horas muertas y así pasaron los meses...<br />
vió a preguntar, que era lo que había leído últimamente.<br />
de<br />
Su voz sonó firme y segura: -Yo soy Zeballos...www.<br />
hasta que saco su carnet de identidad y me lo enseñó. Creo que si alguien hubiese<br />
inmortalizado<br />
aldevara.<br />
ese momento con una cámara de fotos, hubiese sido la expresión de mi<br />
vida. ¡Claro que era él! Las dudas se dispersaron días después, cuando me mostró una<br />
terrorífica de sus increíbles relatos.<br />
es<br />
22<br />
Una noche me preguntó si me gustaba leer y le conteste que si, entonces me vol-<br />
Le conté mi experiencia con “Introducción a la ciencia del mal” y mientras me escuchaba<br />
atento y sorprendido, me interrumpió cuando le dije el nombre del escritor<br />
del libro…<br />
Claro que yo no hice ni caso, pensé que estaba loco o burlándose de mí...<br />
El anciano volvió a insistir, me quede mirándole, hubo unos segundos de silencio,<br />
copia del libro y me dejó muchos de sus trabajos inéditos para saborear la literatura<br />
Zeballos no comprendía en cómo ese libro había llegado a mis manos y me enseñó<br />
la palabra Causalidad.<br />
Yo le dije sorprendido: -Vaya casualidad, ¿no?-. Y el me contestó: -No hijo, las casualidades<br />
no existen. Todo tiene causa y efecto en esta vida. Por ello prefiero llamarlo<br />
Causalidad y no Casualidad. Tú y yo nos conocimos por algo. Con el tiempo te<br />
darás cuenta.<br />
El libro se había editado en el setenta y seis. Ese mismo año, el escritor Eduardo<br />
Zeballos había realizado una presentación de su libro en la misma base aérea donde<br />
trabajaba mi abuelo. Así había llegado a sus manos, lo triste fue que su fantástica obra<br />
pasó por las librerías sin pena ni gloria.