Descargar en Formato PDF - ROCINANTE

Fue Miguel de Unamuno quien
acertó a vislumbrar el destino
profundamente quijotesco
de Simón Bolívar. Como Don
Quijote, bien habría podido
repetir Bolívar, en la desazón
de sus años últimos: «No sé lo
que conquisto a fuerza de mis
trabajos». Porque, en efecto,
hay algo de triste desesperanza
en las postrimerías del
héroe que desconfía del destino
de las naciones que su
ahínco personal había hecho
libres. Unamuno imagina a
Bolívar, como a Jesús en el
Huerto de los Olivos, preso de
una suerte de angustia metafísica,
escuchando «la terrible
voz del silencio de las eternas
tinieblas» que le susurra:
«Y todo, ¿para qué?». Los esfuerzo
inútiles, nos enseña el
clásico, sólo engendran me-
Sáenz; a la vez que nos presenta
a maestros, amigos y compañeros
que también influyeron
en la vida del Libertador. Es un
libro que describe de manera
vívida los convulsos 20 años
que duró la carrera política y
militar de Bolívar, lapso en que
obtuvo los más grandes triunfos
y las más amargas decepciones,
siempre envuelto y movido por
la devoción de los pueblos.
lancolía. Quizá sea cierta tan
aciaga sentencia; pero, mientras
dichos esfuerzos arden,
consumidos en la fervorosa
hoguera de sus ideales, su llama
nos alumbra, su calor nos
reconforta, su combustión
nos alimenta. Y todavía hoy,
convertidos en rescoldos que
no se resignan a ser ceniza,
dichos esfuerzos nos siguen
comunicando aquel impulso
de grandeza que los inspiró.
Quizás Bolívar muriese tuberculoso
y melancólico; pero
casi doscientos años después,
su epopeya militar e intelectual
sigue irradiando una
tibieza consoladora.
R
(Del prólogo del libro Simón
Bolívar, de Demetrio Ramos,
ABC)
Julio 2012 R
ROCINANTE 49