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SALUD VERDE
FARMACOLOGÍA
etanol y ácido sulfúrico (conocido antiguamente
como aceite de vitreolo). Aproximadamente
al mismo tiempo, Theophrastus Bombastus
von Hohenheim (mejor conocido como
Paracelso) descubrió sus propiedades analgésicas.
El nombre éter le fue dado en 1730 por
A.S. Frobenius.
Éter en la mitología
En la mitología griega, Éter o Aether era la
personificación del "cielo superior", el espacio
y el paraíso. Era el aire alto, puro y brillante
que respiraban los dioses, en contraposición al
oscuro aêr que respiraban los mortales.
Éter en física
En física y filosofía, el éter era la sustancia que
se creía que ocupaba todos los espacios vacíos
como un fluido. El éter se utilizaba para justificar
algunos fenómenos observados en la naturaleza,
como por ejemplo la propagación de
la luz en el vacío. La luz es una onda y por
tanto necesitaba un medio material en el que
propagarse, que se suponía, era el éter.
En un intento de probar la existencia del éter
y la velocidad de la traslación de la Tierra con
respecto a éste, Albert Abraham Michelson y
Edward Morley diseñaron un experimento
capaz de medir la velocidad de la luz en dos
direcciones perpendiculares entre sí y con
diferente velocidad lineal relativa al éter. Éste
fue el famoso experimento de Michelson-
Morley cuyos resultados negativos en
sucesivos intentos acabaron por disipar el
concepto de éter existente en la época y
sirvieron de base a la formulación de la teoría
de la relatividad especial de Einstein.
El concepto inicial de éter como medio por el
que viaja una señal es el origen de la palabra
Ethernet.
Quinto elemento
Los primeros filósofos griegos, cuyo método de
planteamiento de la mayor parte de los
problemas era teórico y especulativo, llegaron
a la conclusión de que la Tierra estaba formada
por unos cuantos "elementos" o sustancias
básicas. Empédocles de Agrigento, alrededor
del 430 a. J.C., estableció que tales elementos
eran cuatro: Tierra, aire, agua y fuego. Un
siglo más tarde Aristóteles supuso que el cielo
constituía un quinto elemento, el éter.
Efectos psicológicos y fisiológicos
Dosis bajas de éter producen una desinhibición
controlable, así como una sensación de que se
aguzan los sentidos y el intelecto. Dosis
medias y altas suscitan alucinaciones visuales
y sobre todo auditivas, así como una marcada
desinhibición que puede manifestarse en el
terreno sexual. Su empleo crónico ocasiona
dolores estomacales y vómitos, insomnio, irritabilidad,
debilidad física y pérdida del impulso
sexual.
Uso anestésico
El doctor norteamericano M.D. Crawford
Williamson Long fue el primer cirujano que lo
empleó como anestésico general en 1842. El
éter no se usa mientras haya otro anestésico
disponible, por ser inflamable e irritante para
algunos pacientes. Estas propiedades, unidas
a su bajo punto de ignición, hacen que el éter
etílico sea considerado como un factor de
riesgo en los laboratorios.
Uso recreativo
Es por los efectos psicológicos y fisiológicos
derivados de su acción anestésica por lo que
ha sido empleado con carácter lúdico en los
últimos tiempos, aunque con poca aceptación
popular, a pesar de que no resulta tan tóxico
como otros solventes utilizados como drogas
recreativas.