08.05.2013 Views

Descargar en formato PDF (e-book) - Leonides Alonso

Descargar en formato PDF (e-book) - Leonides Alonso

Descargar en formato PDF (e-book) - Leonides Alonso

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

sobre los surcos que se ext<strong>en</strong>dían de norte a sur trazados con<br />

precisión matemática.<br />

-¿Quién lo ha sembrado?- pregunté.<br />

La g<strong>en</strong>te del pueblo, señor cura. ¿Quién sino iba a sembrar el huerto?<br />

- Respondió Juan un poco asombrado por mi pregunta. A juzgar por la<br />

expresión de su cara seguram<strong>en</strong>te la consideró absurda.<br />

Lo hicimos <strong>en</strong>tre todos. En esta esquina están brotando las patatas, a<br />

continuación, esos brotes más altos, son cebollas y más al sur asoman<br />

los ajos y las berzas. Lo hemos sembrado a finales de Marzo, <strong>en</strong> esa<br />

fecha es bu<strong>en</strong>a época, si se siembra antes se hielan las semillas y no<br />

nac<strong>en</strong> y si se siembra más tarde no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> tiempo de madurar los<br />

frutos, aquí el verano es muy corto, D. Arturo, no se puede uno<br />

descuidar. Pero eso ya lo irá apr<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do con el tiempo, este año ya lo<br />

ti<strong>en</strong>e sembrado así que a cuidarlo y a disfrutarlo.- Ya se alejaba<br />

cuando se giró para gritarme:<br />

¡Ah, le traeremos unos pollos para que los críe, siempre va bi<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er<br />

unas gallinas que pongan sabrosos huevos.<br />

Y también le convi<strong>en</strong>e un perro que le guarde la casa y le haga<br />

compañía. La perra de José está a punto de parir, si usted quiere yo le<br />

diré que le guarde un cachorro.<br />

Como usted quiera, señor Juan, como usted quiera.- Repuse con<br />

resignación. No me s<strong>en</strong>tía preparado para hacer de agricultor ni de<br />

granjero. Aunque de niño había participado <strong>en</strong> las tareas del campo<br />

tantos años <strong>en</strong> el seminario dedicado a los libros habían alejado de mi<br />

memoria el recuerdo de aquellos años, de los escasos conocimi<strong>en</strong>tos<br />

que por mi corta edad o por falta de interés había podido adquirir.<br />

Había sido destinado a un pueblo con una misión que cumplir, velar<br />

por un puñado de almas para que no se descarriaran, procurar que<br />

vivieran y murieran cristianam<strong>en</strong>te, así que el cultivo del huerto<br />

pasaba, según mis conceptos a segundo plano aunque p<strong>en</strong>sado<br />

fríam<strong>en</strong>te, no carecía de s<strong>en</strong>tido práctico. Una desp<strong>en</strong>sa ll<strong>en</strong>a <strong>en</strong> los<br />

fríos días de invierno cuando la nieve deja incomunicada media<br />

comarca no estaría de más.<br />

Estaba cansado del viaje y tantas emociones me habían dejado<br />

aturdido, no estaba <strong>en</strong> condiciones de reflexionar, deseaba quedarme<br />

solo y p<strong>en</strong>saba para mi mismo: “ Mañana será otro día, mañana Dios<br />

dirá.” Con ese p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to trataba de consolarme.<br />

Pero la casa me resultaba extraña como todo lo que <strong>en</strong> ella había, los<br />

muebles, los <strong>en</strong>seres, los rústicos tabiques, la frialdad que se<br />

cond<strong>en</strong>saba <strong>en</strong> las paredes después de largo tiempo deshabitada me<br />

helaba la sangre. El padre Fernando, D. Fernando como le llamaban<br />

<strong>en</strong> el pueblo hacía cuatro años que se había ido y desde <strong>en</strong>tonces<br />

nadie había habitado la casa, ni había abierto las puertas de la iglesia,<br />

nadie se había ocupado de las almas. Durante ese tiempo no hubo<br />

16

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!