ALA BLANCA

En esta época en que vivimos, el
noviazgo muchas veces se ve
como un tiempo de diversión,
aventuras y relaciones pasajeras
que si resultan, pueden llevar a la pareja
al matrimonio. Tristemente, las parejas
intentan una y otra vez, y experimentan
con una u otra persona, tratando de
encontrar la pareja ideal. Pero, ¿y qué del
cristiano? ¿Cuáles son las normas a
seguir y cuál es el plan de Dios para el
noviazgo? En este artículo intentaremos
explicar esta importante etapa del ser
humano y otros temas que se entrelazan
con el mismo.
He escuchado a muchos jóvenes una
y otra vez decirme: “La Biblia no tiene un
libro con instrucciones específicas sobre
lo que es el noviazgo”, y tal vez tengan
razón. Pero, hay que ir a la luz de la
Biblia, ya que en ella encontramos
muchos ejemplos de cómo debemos
comportarnos en diferentes situaciones.
Esto puede sin duda alguna aplicarse al
tiempo del noviazgo. Una de las decisiones
más importantes en la vida del
individuo es el matrimonio; por lo tanto,
es importante lo que suceda en el tiempo
del noviazgo y hay que prestarle atención.
La palabra novio/a significa aquellas
personas que mantienen relaciones
amorosas con planes a casarse. El término
noviazgo es el período de tiempo en
que dos personas son novios. Se sobre
entiende que para el cristiano, el término
de relación amorosa tiene sus restricciones
aunque, muchos lo ven como un
tiempo durante el cual darse licencia
para tener relaciones sexuales íntimas.
En Efesios capítulo cinco, la Biblia nos
amonesta a que andemos como hijos de
luz. Vemos que el versículo 3 claramente
nos dice, que nos abstengamos de la fornicación;
el versículo cinco nos dice que
los fornicarios no tienen parte en el reino
de Dios. Entonces, queda bien claro que
la famosa práctica de vivir juntos como
22–Mensajero Ala Blanca marzo-abril del 2002
marido y mujer (unión libre para ver
“cómo nos va”), está fuera de lo que Dios
quiere para los novios.
La pureza sexual es algo que ambos
deben guardar hasta el matrimonio. Esto
es algo que la sociedad ve como raro y
fuera de lo normal, debido a que la mayoría
lo ve como una práctica a la
antigua. Hay que tener mucho cuidado
en esta área y no dejarnos regir por lo
que la mayoría y la sociedad ven como
normal. Nuestra cultura hispana enfatiza
mucho el que la mujer se debe cuidar y
llegar al altar virgen y pura; sin embargo,
no enfatiza lo mismo con respecto al
varón. Esto es una idea machista, y creo
que la Biblia me respalda en que la virginidad
debe ser cuidada por ambas
partes.
No hay duda en decir que el tiempo
del noviazgo es un tiempo de investigación.
¿Investigar qué?, todo lo que hay
que saber de esa persona a la cual dices
amar y con quien estás dispuesto/a a
pasar toda una vida. Algo que se ha perdido
es el diálogo. En muchos casos, los
novios dedican mucho tiempo complaciéndose
el uno al otro (esto no está
del todo mal), pero también es importante
comunicar sus inquietudes.
Lamentablemente, muchos llegan al
matrimonio sin conocerse. Este es el
tiempo que muchos dedican para salir
solos y pasar un buen tiempo; pero es ahí
donde muchas veces, al no tener supervisión
ni control, se cometen errores que
más tarde se pagan caros. Es en esos
momentos en que pueden venirle hijos
al mundo a personas que no están
preparadas para ser padres; y si no llegan
al matrimonio, como pasa en muchas
ocasiones, esos hijos son criados con
dificultad por uno solo de los padres.
¿Y qué del yugo desigual? 2 Corintios
6:14 dice que no nos unamos en yugo
desigual con los incrédulos. Este término
casi siempre se usa cuando hay uno en la
pareja que no es cristiano o que no com-
Por: Elizabeth Rosa
parte la misma fe religiosa. Sin embargo,
esto no debe limitarse solamente a ese
concepto. Conozco parejas cristianas que
sí están casadas, comparten la misma fe;
sin embargo, tienen sin número de cosas
que los separa, lo cual crea un perfecto
yugo desigual. ¿De qué hablo? Entre
otras cosas, del carácter, los gustos, el
estado emocional, la nacionalidad, las
costumbres, la forma de pensar y
muchas más que pueden colaborar para
formar el perfecto yugo desigual. Nunca
habrá dos personas que se igualen en
todo, pero el solo hecho de que vas a
pasar la gran parte de la vida unido a
otra, es suficiente razón para buscar a
alguien que más o menos sea compatible
contigo; alguien que tenga algunas cosas
en común. El tiempo del noviazgo debe
usarse para asegurarte de que esas diferencias
puedan ser llevaderas y que no
formen más tarde, un caos que destruya
la relación.
Hay un factor muy importante el cual
debe investigarse durante el noviazgo –
la familia. Muchos dicen yo me caso con
él/ella y no con su familia. Esta forma de
pensar es totalmente errónea, ya que
todos los que nos hemos casado sabemos,
por experiencia, que al unirnos en
matrimonio estamos de una u otra forma
enlazándonos con la familia del cónyuge.
Hay un adagio que dice que la sangre
pesa más que el agua y esto es una
gran realidad. Durante el noviazgo a
veces se está tan ciego, que es imposible
ver claramente. Recuerdo que con respecto
a esto mi madre siempre ha dicho:
“El paquete viene completo”. ¡Si te casas
no te olvides de la familia! Aunque
muchos quisieran tener una varita mágica
o alguna forma para hacer desaparecer
a la familia, hay que tener cuidado,
ya que si lo logras, también podrías
perder a ese ser a quien tanto amas.
Durante el noviazgo también hay que
sacar tiempo para compartir y conocer a
la familia a la cual ambos se van a unir.