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La rama dorada

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466 LA MADRE DE LAS MIESES<br />

aguanta más es el que obtiene la codiciada distinción. Cuando han cortado<br />

la doncella, la visten con cintas a modo de muñeca y la fijan en la<br />

pared de la alquería. En el norte de Escocia guardan cuidadosamente<br />

"la doncella" hasta la mañana de Navidad, en que la reparten entre el<br />

ganado "para que prospere durante todo el año". En las vecindades de<br />

Balquhidder, Perthshire, el último manojo de mies lo corta la moza más<br />

joven de la finca y hacen de él una muñeca con formas toscamente femeninas,<br />

vestida con un traje de papel y adornada con cintas. <strong>La</strong> llaman<br />

"la doncella" y la guardan en la casa, generalmente sobre la chimenea,<br />

una buena temporada o hasta que traen la doncella de la siguiente cosecha.<br />

El autor de este libro asistió a la ceremonia de segar a la doncella<br />

en Balquhidder, en septiembre de 1888. Una señora amiga nos informó<br />

que cuando muchacha había segado varias "doncellas" a petición de los<br />

segadores de las cercanías de Perth. El nombre de doncella se daba al<br />

último manojo de mies sin segar; un segador sujetaba el extremo del<br />

monojo mientras ella lo cortaba; después trenzaban las espigas, la decoraban<br />

con cintas y la colgaban en un lugar visible del muro de la cocina<br />

hasta que trajeran la siguiente "doncella". <strong>La</strong> cena de la recolección en<br />

estas vecindades también se llamaba "la doncella" y en ella bailaban<br />

también los segadores. "<br />

Hacia el año de 1830, en algunas alquerías del Gareloch, en Dumbartonshire,<br />

el último puñado de mies que quedaba en pie se llamaba<br />

la doncella; eran separadas las cañas en dos mitades que trenzaban y<br />

después las cortaba con hoz una moza que se pensaba sería así muy afortunada<br />

y se casaría pronto. Cuando ella cortaba la mies, todos los segadores<br />

reunidos alrededor tiraban al aire sus hoces. Vestían a la doncella<br />

y la ponían cintas, colgándola después en la cocina cerca del techo, donde<br />

la guardaban por años, llevando la fecha de su cosecha en un papel<br />

prendido a ella. Podían verse algunas veces a un tiempo colgando de<br />

ganchos cinco o seis "doncellas". <strong>La</strong> cena de la recolección se llamaba el<br />

Kirn. En otras fincas del Gareloch, al último manojo se le llamaba<br />

"doncellez" o "el virgo"; lo trenzaban diestramente y en ocasiones con<br />

cintas, colgándolo en la cocina por un año y dándolo después a las<br />

gallinas.<br />

En Aberdeenshire, la última gavilla segada o doncella es llevada a<br />

casa en alegre procesión de segadores. Allí es presentada a la señora de<br />

la hacienda, que la viste y conserva hasta que nace el primer potrillo<br />

de una de las yeguas, en que presentan la doncella a la yegua como su primer<br />

alimento. El descuido de esto podría acarrear malos efectos al potrillo<br />

y consecuencias desastrosas en las faenas de temporada de la alquería<br />

en general. En el noroeste de Aberdeenshire, la última gavilla es<br />

comúnmente llamada la gavilla Clyack. Antes la cortaba la muchacha<br />

más joven de las presentes, la vestía como una mujer y la traían a casa en<br />

triunfo; allí la guardaban hasta la mañana de Navidad, en que se la<br />

entregaban a una yegua preñada y si no había en la granja, a la vaca<br />

preñada más vieja. En otras partes la gavilla se repartía entre todas las

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