Sobre Las 7 Palabras Pronunciadas Por Cristo En La ... - OpenDrive
Sobre Las 7 Palabras Pronunciadas Por Cristo En La ... - OpenDrive
Sobre Las 7 Palabras Pronunciadas Por Cristo En La ... - OpenDrive
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
San Roberto Belarmino LAS 7 PALABRAS DE JESUCRISTO EN LA CRUZ<br />
obediencia, será libre a lo largo de su vida del aplastante yugo<br />
de los deseos carnales. San Agustín, en el libro octavo de sus<br />
Confesiones, reconoce la dificultad que un alma, que por ańos<br />
ha obedecido a la concupiscencia de la carne, debe experimentar<br />
al sacudir tal yugo, y por otro lado habla de la facilidad y de la<br />
gloria que experimentamos al cargar el yugo del Seńor si es que<br />
las trampas del vicio no han atrapado al alma. Más aún, no es<br />
ganancia poco considerable obtener mérito por cada acción en<br />
presencia de Dios. El hombre que no realiza ninguna acción por<br />
su propio libre querer, sino que hace todo por obediencia a su<br />
superior, ofrece a Dios en cada acción un sacrificio<br />
agradabilísimo a Él, pues como dice Samuel: “Mejor es<br />
obedecer que sacrificar”[382]. San Gregorio da una razón para<br />
esto: “Al ofrecer víctimas --dice-- sacrificamos la carne de otro.<br />
<strong>Por</strong> la obediencia nuestra propia voluntad es sacrificada”[383].<br />
Y lo que es aún más admirable en esto es que, incluso si un<br />
Superior peca al dar una orden, el sujeto no sólo no peca, sino<br />
que incluso obtiene mérito por su obediencia siempre y cuando<br />
lo ordenado no vaya en contra de la ley de Dios. El Profeta<br />
continua: “Se sentará solitario y mantendrá su paz”. Estas<br />
palabras significan que el hombre obediente reposa porque ha<br />
hallado paz para su alma. Aquel que ha renunciado a su propia<br />
voluntad, y se ha entregado a sí mismo enteramente a realizar la<br />
voluntad Divina que es manifestada a él a través de la voz de su<br />
superior, nada desea, nada busca, no piensa de nada, nada anhela,<br />
sino que es libre de todo cuidado ansioso, y “con María se sienta<br />
a los pies del Seńor escuchando su voz”[384]. El solitario se<br />
sienta, tanto porque vive con aquellos que “no tienen sino un<br />
solo corazón y una sola alma”[385], y porque no ama nada con<br />
amor privado, individual, sino todo en <strong>Cristo</strong> y por causa de<br />
<strong>Cristo</strong>. Es silente porque no pelea con nadie, disputa con nadie,<br />
litiga con nadie. <strong>La</strong> razón de esta gran tranquilidad es porque<br />
171