Sobre Las 7 Palabras Pronunciadas Por Cristo En La ... - OpenDrive
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San Roberto Belarmino LAS 7 PALABRAS DE JESUCRISTO EN LA CRUZ<br />
abyectos y sufridos, y por el otro lado, nunca vemos esta<br />
recompensa centuplicada que se proclama como tan<br />
verdaderamente magnífica. Así es: el hombre carnal nunca verá<br />
el ciento por uno que <strong>Cristo</strong> ha prometido, porque no tiene ojos<br />
con los cuales pueda verlo; ni participará jamás en ese gozo<br />
sólido que engendra una pura conciencia y un verdadero amor<br />
de Dios. Aduciré, sin embargo, un ejemplo para mostrar que<br />
incluso un hombre carnal puede apreciar los deleites espirituales<br />
y las riquezas espirituales. Leemos en un libro de ejemplos<br />
acerca de los hombres ilustres de la Orden Cisterciense, que un<br />
cierto hombre noble y rico, llamado Arnulfo, dejó toda su<br />
fortuna y se convirtió en monje Cisterciense, bajo la autoridad<br />
de San Bernardo. Dios probó la virtud de este hombre mediante<br />
los amargos dolores de muchos tipos de sufrimientos,<br />
particularmente hacia el final de su vida; y en una ocasión,<br />
cuando estaba sufriendo más agudamente que de costumbre,<br />
clamó con voz fuerte: “Todo lo que has dicho, Oh Seńor Jesús,<br />
es verdad”. Al preguntarle los que estaban presentes, cuál era la<br />
razón de su exclamación, replicó:<br />
“El Seńor, en su Evangelio, dice que aquellos que dejan sus<br />
riquezas y todas las cosas por Él, recibirán el ciento por uno en<br />
esta vida, y después la vida eterna. Yo entiendo largamente la<br />
fuerza y gravedad de esta promesa, y yo reconozco que ahora<br />
estoy recibiendo el ciento por uno por todo lo que dejé.<br />
Verdaderamente, la gran amargura de este dolor me es tan<br />
placentera por la esperanza de la Divina misericordia que se me<br />
extenderá a causa de mis sufrimientos, que no consentiría ser<br />
liberado de mis dolores por cien veces el valor de la materia<br />
mundana que dejé. <strong>Por</strong>que, verdaderamente, la alegría espiritual<br />
que se centra en la esperanza de lo que vendrá, sobrepasa cien<br />
veces toda la alegría mundana, que brota del presente”. El lector,<br />
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