Sobre Las 7 Palabras Pronunciadas Por Cristo En La ... - OpenDrive
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San Roberto Belarmino LAS 7 PALABRAS DE JESUCRISTO EN LA CRUZ<br />
hubiese poseído la virtud de la humildad en el grado más<br />
heroico.<br />
<strong>La</strong> gloria de <strong>Cristo</strong>, de la que nos escribe San Juan al inicio de<br />
su Evangelio --“Vimos su gloria, gloria como de Hijo Unigénito<br />
del Padre, lleno de gracia y de verdad”[196]--, consistía en su<br />
Poder, su Rectitud, su Justicia, su real Majestad, la felicidad de<br />
su Alma, y la dignidad divina de la que gozaba como el<br />
verdadero y real Hijo de Dios. <strong><strong>La</strong>s</strong> palabras “Dios mío, Dios<br />
mío, żpor qué me has abandonado?”, muestran que su Pasión<br />
echó un velo sobre todos estos dones. Su Pasión echó un velo<br />
sobre su poder, pues cuando estuvo clavado en la Cruz aparecía<br />
tan impotente que los Sumos Sacerdotes, los soldados y el<br />
ladrón se burlaban de su debilidad diciendo: “Si eres el Hijo de<br />
Dios, baja de la Cruz; Él que salvó a otros, a sí mismo no puede<br />
salvarse”[197]. ˇCuánta paciencia, cuánta humildad le fue<br />
necesaria a Él que era Todopoderoso, para no responder ni una<br />
palabra a semejantes mofas! Su Pasión echó un velo sobre su<br />
Sabiduría, pues ante el Sumo Sacerdote, ante Herodes, ante<br />
Pilato, estuvo como privado de entendimiento y respondió sus<br />
preguntas con el silencio, de modo tal que “Herodes, con su<br />
guardia, después de despreciarle y burlarse de él, le puso un<br />
espléndido vestido”[198]. ˇCuánta paciencia, cuánta humildad,<br />
le fue necesaria a quien era no sólo más sabio que Salomón, sino<br />
que era la Sabiduría misma de Dios, para tolerar tales ultrajes!<br />
Su Pasión echó un velo sobre la rectitud de su vida, pues fue<br />
clavado a una Cruz entre dos ladrones, como un embustero del<br />
pueblo, y un usurpador de un reino ajeno. Y <strong>Cristo</strong> confesó que<br />
el haber sido abandonado por su Padre parecía proyectar un<br />
mayor resplandor a la gloria de su vida inocente. “ż<strong>Por</strong> qué me<br />
has abandonado?”. Pues Dios no suele abandonar a los hombres<br />
rectos sino a los perversos. <strong>En</strong> efecto, todo hombre orgulloso<br />
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