Revista de Aragón, año III, 2.ª época, números 1-4 - Institución ...

ROMA PAGANA
Roma entera se mira convertida
en mar de llamas con espumas rojas;
Y de espanto y sorpresa estremecido
huyes y corres en tu afan incierto,
y al espacio, á tus ojos extendido,
te lanzas cual rebaño perseguido,
como rio sin cauce o mar sin puerto?
¿Es...? Pero no: que en el fulgor ardiente
que hoy brilla ¡oh, Roma! en tu imperial mirada,
la angustia no se pinta, ni en tu frente
la triste huella del pesar doliente,
ni el profundo terror, se ve marcada.
Otro es el móvil que tus pasos guia,
otro el anhelo que á expresar aciertas
con tus galas, tu afan y tu alegría:
tú no corres inquieta en este dia
de la ciudad á las cercanas puertas.
¡Al circo vas! de músicas y flores
inundado ya está su circuito;
hoy no luchan sus bravos gladiadores,
pero banderas mil de cien colores
ondean en sus arcos de granito.
Y acá y allá, de formas colosales,
blancas estátuas el espacio inmenso
decoran en sus altos pedestales,
y en vasos de alabastro, en espirales
se elevan nubes de aromado incienso.
La torpe meretriz, la sien ornada
con las rosas de Chipre, destrenzado
el tendido cabello, la mirada
sin resto de pudor, de grada en grada
va con el seno impuro mal velado.
Ordénanse agrupadas las legiones
que del tribuno ante la voz se humillan;
desgarra el sol sus rojos pabellones,
y del trono en los anchos escalones
haces de lanzas á su llama brillan.
El noble senador alza la frente
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