Revista de Aragón, año III, 2.ª época, números 1-4 - Institución ...

ROMA PAGANA 17
si vencido en la lid, nunca domado.
¡Oh! Roma, Roma, en tu extension pagana
más brillante espectáculo no has visto;
¡que es una vírgen tímida y cristiana
quien va á luchar contra la tigre hircana,
la Cruz siguiendo y confesando al Cristo!
Blanca es su frente, celestial y pura
cual la azucena que en los valles crece;
y es blanca la flotante vestidura
que envuelve leve su gentil figura,
y al soplo de las auras se estremece.
Suelto el cabello que envidiara el oro,
trémulo el labio en que el gemido brota,
y ocultando de perlas un tesoro,
mal comprimida, del amargo lloro,
en las pupilas la brillante gota:
Del pobre corazon de angustia lleno
queriendo acaso en sus esfuerzos vanos
el rápido latir, tornar sereno:
plegando humilde sobre el casto seno
las inocentes y convulsas manos.
Tal se presenta; débil y azorada,
sola y sin velo la gentil doncella,
y al dirigir en torno su mirada,
palidece su frente inmaculada
donde el santo pudor marcó su huella.
Que el pueblo audaz mirándola murmura,
tal vez llamando á su señor tirano:
y al ver su juventud y su hermosura
quizá la juzga en su ilusion impura
Venus, la diosa del amor pagano.
Y un solo grito en los espacios suena;
luz á los ojos que la miran falta,
cuando abierta la jaula y sin cadena,
del ancho circo en la menuda arena
una pantera enfurecida salta.
Todo en silencio queda: ni un gemido
gira del viento en los perdidos sones: