cuaderno de adviento.p65 - Franciscanos Conventuales de España
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Sábado 18<br />
ORAMOS CON MARÍA<br />
Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador,<br />
ensalzo la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> su amor,<br />
alabo la inmensidad <strong>de</strong> su ternura<br />
y la infinitud <strong>de</strong> su misericordia.<br />
Dios ha mirado con amor a su esclava,<br />
Él que es gran<strong>de</strong> a la que es pequeña,<br />
Él que lo pue<strong>de</strong> todo a la que nada pue<strong>de</strong>.<br />
Ahora todos me felicitarán...<br />
pero yo no soy nada,<br />
sólo un signo y profecía<br />
<strong>de</strong> lo que Dios ha <strong>de</strong> hacer<br />
con los pequeños y<br />
los pobres.<br />
Porque Dios se enamora <strong>de</strong>l<br />
humil<strong>de</strong><br />
y lo colma <strong>de</strong> bienes;<br />
pero rechaza a los orgullosos y<br />
satisfechos,<br />
que se bastan a sí mismos.<br />
¡Qué gran<strong>de</strong> es Dios<br />
y qué misericordioso!.<br />
¡Qué gran<strong>de</strong> el amor <strong>de</strong> Dios<br />
para con sus niños <strong>de</strong>svalidos,<br />
y que fuerza liberadora para todos los<br />
oprimidos!.<br />
Mi alma cantará por siempre<br />
la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> Dios, mi Amor.<br />
Amén.<br />
Maginificat<br />
A los seis meses, el ángel<br />
Gabriel fue enviado por Dios a EVANGELIO (LC 1, 26-38)<br />
una ciudad <strong>de</strong> Galilea, llamada<br />
Nazaret, a una virgen <strong>de</strong>sposada con un hombre<br />
llamado José, <strong>de</strong> la estirpe <strong>de</strong> David; la virgen se llamaba María. El ángel<br />
entrando a su presencia, dijo: “Alégrate, llena <strong>de</strong> gracia, el Señor está<br />
contigo; bendita tú entre las mujeres”. Ella se turbó ante estas palabras, y<br />
se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: “No temas, María,<br />
porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás y darás a luz un<br />
hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será gran<strong>de</strong>, se llamará Hijo <strong>de</strong>l<br />
Altísimo, el Señor Dios le dará el trono <strong>de</strong> David, su padre, reinará sobre<br />
la casa <strong>de</strong> Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”. Y María dijo al<br />
ángel: “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?”. El ángel le contestó:<br />
“El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza <strong>de</strong>l Altísimo te cubrirá con su<br />
sombra; por eso el santo que va a nacer se llamará Hijo <strong>de</strong> Dios”. María<br />
contestó: “Aquí está la esclava <strong>de</strong>l Señor, hágase en mí según tu<br />
palabra”. Y el ángel se retiró.<br />
Señor, hágase en mí lo que quieras Tú.<br />
Aquí estoy para lo que Tú me man<strong>de</strong>s.<br />
Habla, Señor, que voy a <strong>de</strong>cir, Sí.<br />
Llámame que voy corriendo.<br />
Te escucho sin prisas para enterarme bien<br />
y saber lo que Tú quieres.<br />
Para <strong>de</strong>cirte rápidamente “Sí, quiero”.<br />
Tú ya lo sabes:<br />
Lo que Tú quieras eso quiero yo<br />
sin que yo <strong>de</strong>je <strong>de</strong> ser yo <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Ti.<br />
Cuenta conmigo para lo que quieras<br />
y sea lo que Tú digas.<br />
Amén.<br />
O RACIÓN<br />
Domingo 19