cuaderno de adviento.p65 - Franciscanos Conventuales de España
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Lunes 20<br />
La respuesta <strong>de</strong><br />
afirmativa <strong>de</strong><br />
María en el<br />
Evangelio <strong>de</strong>l<br />
domingo es lo que<br />
está llamado a<br />
suce<strong>de</strong>r en la Iglesia y<br />
en cada creyente. Un Sí<br />
que significa “Entrega total”.<br />
Nace <strong>de</strong>l que se ha <strong>de</strong>spojado<br />
<strong>de</strong> sí mismo y pone toda su<br />
voluntad en el otro. Es poner toda su vida en las manos <strong>de</strong><br />
Dios. Esta entrega es el culto que Dios quiere. Antes<br />
<strong>de</strong>cíamos: “Aquí tienes, Señor, mis holocaustos, mis sacrificios,<br />
mis ayudas, mis limosnas, mis oraciones...”. Pero Dios no quiere<br />
nuestros tesoros, sino nuestro corazón; no quiere nuestros sacrificios,<br />
sino nuestro amor; no quiere nuestras cosas, sino a nosotros mismos. ¿Y<br />
sabes para qué lo quiere Dios? No para sí claro, sino para dárselo a los<br />
hermanos. Así que <strong>de</strong>cir: “Aquí me tienes, Padre”, se traduce por: “Aquí<br />
me tenéis, hermanos”. Lo que Dios quiere <strong>de</strong> ti es Amor, Amor, Amor.<br />
¡ENTRÉGATE!<br />
Hoy, Señor, me presento ante ti<br />
con todo lo que soy y lo que tengo. O RACIÓN<br />
Acudo a ti como persona sedienta,<br />
porque sé que en ti encontraré respuesta.<br />
Deseo ponerme ante ti con un corazón abierto como el María,<br />
con los ojos fijos en ti esperando que me dirijas tu Palabra.<br />
Deseo ponerme ante ti como Abraham,<br />
con el corazón lleno <strong>de</strong> esperanza,<br />
poniendo mi vida en tus manos.<br />
Deseo ponerme ante ti como Samuel,<br />
con los oídos y el corazón dispuestos a escuchar tu voluntad.<br />
Si me llamas a ser testigo tuyo en medio <strong>de</strong> los hombres y mujeres,<br />
cuenta conmigo, Señor.<br />
Y si estás con <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> dirigir tu Palabra a mis oídos y a mi corazón,<br />
habla, Señor, que tu siervo escucha. Amén.<br />
En aquel tiempo, dijo Jesús a<br />
los sumos sacerdotes y a los<br />
PARÁBOLA<br />
ancianos <strong>de</strong>l pueblo: “¿Qué os parece? Un<br />
hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le<br />
dijo: ‘Hijo, ve hoy a trabajar a la viña’. Él contestó: ‘¿No<br />
quiero?’. Pero <strong>de</strong>spués se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo<br />
lo mismo. Él le contestó: ‘Voy, Señor’. Pero no fue. ¿Quién <strong>de</strong> los dos<br />
hizo lo que quería el padre?”. Contestaron: “El primero”. Jesús les dijo:<br />
“Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la <strong>de</strong>lantera en<br />
el camino <strong>de</strong> Reino <strong>de</strong> Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el<br />
camino <strong>de</strong> la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y<br />
prostitutas le creyeron. Y aun <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> ver esto, vosotros no os<br />
arrepentisteis ni le creísteis”.<br />
Señor, ¡no basta con <strong>de</strong>cir “Sí”!<br />
Juan Bautista,<br />
ese peón caminero <strong>de</strong> las rutas humanas,<br />
no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> invitarnos a cubrir los baches<br />
<strong>de</strong> nuestras bajezas,<br />
a allanar las montañas <strong>de</strong> nuestros egoísmos,<br />
a remover nuestras viejas costumbres<br />
a preparar tu imprevisible paso.<br />
Señor, Tú, cuya llamada a la conversión<br />
cumple y supera la ley,<br />
haznos compren<strong>de</strong>r que obe<strong>de</strong>cer tu voluntad<br />
no es <strong>de</strong>cirte “Sí” con la boca pequeña,<br />
sino hacer <strong>de</strong> todo corazón lo que Tú dices.<br />
Concé<strong>de</strong>nos, Señor, la suficiente fe para creer<br />
que obe<strong>de</strong>cer tu voluntad<br />
es escuchar tu Palabra<br />
y conformar con ella nuestra vida.<br />
Amén.<br />
Del evangelio según san Mateo 21, 28-32<br />
ORACIÓN<br />
Martes 21