10.05.2013 Views

Dickens, Charles - Oliver Twist.pdf - enclasedehistoria

Dickens, Charles - Oliver Twist.pdf - enclasedehistoria

Dickens, Charles - Oliver Twist.pdf - enclasedehistoria

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—¡En qué chirona! ¡Válgame Dios! En un palacio donde dan de comer<br />

gratis, y visten gratis y dan otras muchas cosas gratis, y, sin embargo, tiene<br />

pocos aspirantes a su ingreso, y muchos a su salida. Pero dejemos estas cosas, y<br />

vente conmigo. Necesitas comer, y comerás. No está mi bolsa tan repleta que<br />

amenace romperse; pero mientras haya algo en ella, no faltará qué comer. ¡Ea!<br />

¡Media vuelta sobre tus goznes, y andando!<br />

El joven ayudó a <strong>Oliver</strong> a levantarse y le condujo a una tienda de<br />

comestibles inmediata, donde compró un buen pedazo de jamón y un pan de<br />

dos libras. A fin de preservar de polvo el jamón, ocurriósele la ingeniosa idea de<br />

practicar un agujero en el pan, quitándole la miga, e introducir en él el jamón.<br />

Pagado el pan, lo colocó debajo de su brazo y entró seguido de <strong>Oliver</strong> en una<br />

taberna, donde pidió una habitación reservada para él y su compañero. El joven<br />

misterioso mandó que les sirvieran un jarro de cerveza, y <strong>Oliver</strong>, invitado por su<br />

nuevo amigo, comenzó a comer con ansia, mientras el otro le miraba con<br />

extraordinaria curiosidad.<br />

—¿A Londres? —preguntó el joven desconocido, luego que <strong>Oliver</strong> trasladó<br />

a su estómago el pan y el jamón.<br />

—Sí.<br />

—¿Tienes allí casa?<br />

—No.<br />

—¿Y dinero?<br />

—Tampoco.<br />

El desconocido empezó a silbar, metidas ambas manos en los bolsillos de<br />

sus calzones.<br />

—¿Vive usted en Londres? —preguntó <strong>Oliver</strong>.<br />

—Sí, allí vivo cuando no viajo. Supongo que también tú necesitarás una<br />

casa donde pasar la noche, ¿no es cierto?<br />

—Mucha falta me hace, en efecto; no he dormido bajo techado desde que<br />

salí de mi país.<br />

—Pues no te preocupe tan poca cosa. Esta noche necesito llegar a Londres,<br />

donde conozco a un anciano respetable, vecino de la ciudad, que te alojará de<br />

balde... siempre que te presente uno de sus conocidos. ¿Pero me conoce a mí?<br />

¡No!... ¡Ciertamente que no! ¡Pero no importa!<br />

Sonreía picarescamente el joven mientras pronunciaba las palabras<br />

últimas de su discurso, como indicando que eran irónicas, y terminó su<br />

ofrecimiento dando fin a la cerveza del jarro.<br />

La oferta inesperada de un albergue era demasiado tentadora para que a<br />

<strong>Oliver</strong> se le ocurriera siquiera la idea de rehusarla, sobre todo después de<br />

asegurar el joven desconocido a <strong>Oliver</strong> que el buen caballero a quien se había<br />

referido le buscaría un acomodo excelente sin pérdida de tiempo.<br />

Como es natural, la conversación fue tomando giro amistoso y<br />

confidencial, que puso en conocimiento de <strong>Oliver</strong> que su amigo se llamaba<br />

Santiago Dawkins, y que era protegido y favorito del repetido anciano.<br />

Muy poco decía el exterior de Dawkins en favor de las comodidades y<br />

bienandanzas que el anciano proporcionaba a aquellos que tomaba bajo su<br />

protección; pero, como la conversación del joven era ligera y amena, y por

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!