Cosas de nuestro corazón - TSEYOR

30 de abril 2007
Hoy, 30 de abril del 2007
Buscaba un grupo en donde existiera la apertura, la concordia, el relativo
equilibrio que como seres humanos podemos experimentar, un lugar en donde
pudiera exponer mis inquietudes, hacer preguntas, aportar mi comprensión, ser
YO!
Llegué a Tseyor, en donde pensé que había toda esta gama de cualidades;
pero con el tiempo, pude darme cuenta de que no es así. No es así, porque en
este grupo están reunidos todos los que desean lo mismo que yo, pero sin lograrlo
aún.
Siendo un elemento del grupo, puedo intuir por tanto, que estoy en el
mismo escalón que todos los demás. Nos falta conciencia, nos falta amor, nos
falta respeto, nos falta humildad, nos falta siquiera darnos cuenta que nuestras
creencias velan todas estas posibilidades.
Empecé como Reina y he terminado como sapo; o sea, que me he dejado hechizar
por estos reflejos tan persistentes que me enceguecen, y graciosamente me está
pasando lo que al Principito. Estoy teniendo que ver mi elefante como un
elegante sombrero.
Ayer al escribir unas letras, y recibir respuestas, me centré en mí, y ohhhh
sorpresa
Estoy vivenciado lo que vivencian los nenitos, los pequeñitos cuando nacen y llegan
libres aparentemente, pero sujetos a un sin fin de creencias, imposiciones,
amarguras, cadenas ancestrales y vivenciales cotidianas. Me sentí opacada, sin
ánimos ya de ir contra la corriente y me dejé arrastrar por ella, sin poner la
menor resistencia, ya para qué remar ya para qué expresar lo que tengo
dentro a quién le interesa eso si cada que se abre la boca, o se escribe
una letra, viene encima todo un torrente de sermones, descalificaciones, caras y
gestos. No! Ya no más, y así hacen los niños que tienen que doblegarse a los
padres, a pesar de que sus inquietudes quedan pisoteadas por esas creencias
espantosas.
Se defienden los papás de la mejor manera que saben hacer, dicen, es que hay
una gran comunicación entre mi hijo y yo, sí, claro, la hay, salvo que es
UNILATERAL, difícilmente se practica la bilateral, en donde el padre se siente
con el hijo, le permita expresarse en su totalidad y le ESCUCHE, quizá se siente
y lo oiga, pero al final, siempre van por delante sus propias creencias y le dice a
al niño, si mi hijito, pero tú, como eres pequeño, harás justamente LO QUE YO
TE ORDENO!
COSAS DE NUESTRO CORAZÓN GRUPO TSEY OR 123