Cosas de nuestro corazón - TSEYOR

Tseyor ha sido para mí, un punto de apoyo decisivo en mi transformación, porque
gracias a Tseyor, estoy despertando, estoy saliendo de la inconsciencia que vela
mi entendimiento, mi sabiduría, mi amor y capacidades intrínsecas a mí, por la
naturaleza del ser que soy.
Intenté escapar por la ventana estrecha, pero me atoré , no pude salir!!!
Tseyor ha actuado como Ley de Entropía mediante palabras, pensamiento,
sentimiento, acciones, que abrieron un profundo precipicio a mis pies,
precipicio en el cual fui cayendo aparatosamente golpeándome, lastimándome en
cada cm. Que descendía; y destrozando a su vez, ideas que no eran mías,
fantasías de infancia, creencias rancias, verdades que eran totalmente mentiras;
pero en cada golpe, en cada espacio recorrido, el terror se apoderaba de mí, me
hacía temer esa caída mortal, esa idea de no poder soportar un instante más.
Se iba resquebrajando lo que había atesorado como algo invaluable, MIS
CREENCIAS!.
Llegué al fondo, y totalmente extenuada, molida por los golpes, el dolor, la
frustración, quedé prácticamente sin sentido y ahí permanecí no sé cuanto
tiempo. Hasta que mis ojos empezaron a abrirse y mi visión empezó a encontrar
formas grotescas, oscuridad total, penumbra ensordecedora. El terror se
apoderaba más y más de mí, me preguntaba si podría salir yo sola de ese lugar
tan oscuro, tan terriblemente espantoso, ese lugar que era mi propia prisión, que
había sido mi prisión durante tanto tiempo; no sabía qué pensar, mi mente estaba
aturdida, mis emociones a flor de piel, no sabía qué haría.
De pronto veo bajar por ese túnel tan horrendo, dos lucecitas, dos linternitas
mágicas que llevaban luz a ese espacio mío, a ese mundo oscuro, frío, y sin
forma en donde me encontraba; se sentaron frente a mí, y fué cuando pude
saber quienes eran, eran:
CARTEL Y CLAUDIA COSMOS (Cosmitos, para mí )
Me escucharon plácidamente, pacientemente, me comprendieron, y jamás me
censuraron por haber descendido tan bajo; con ellas me desahogué, les conté que
no hacía falta infierno en otros niveles de conciencia, porque en éste, teníamos
para mucho; les conté lo que es el sufrimiento, el dolor, la sensación de
minusvalía, el miedo a todo, las incapacidades que uno mismo se crea, y a veces,
las imposibilidades de salir airoso de todo ello, sobre todo, si uno está solo
porque así ha creado su propio mundo. Lloré, lloré mucho porque el DARSE
CUENTA duele, duele porque es quedarse sin piso, es perder todo lo que se
tiene, lo que se cree, lo que se vale, y no es tan sencillo hacer cambios en tan
breve tiempo.
COSAS DE NUESTRO CORAZÓN GRUPO TSEY OR 139