Cosas de nuestro corazón - TSEYOR

privilegio de procrear un hijo varón.
La lectura avanza en el tiempo, y me muestra que ese hijo varón era
alto y serio, y tenía en su carácter UNA EXTREMA NECESIDAD DE
RECONOCIMIENTO A SU PERSONA POR PARTE DE LOS DEMÁS. Que ESA
NECESIDAD DE RECONOCIMIENTO LO ASFIXIABA a quien fue su hijo en esa
vida pasada. QUE DICHA NECESIDAD DE SER RECONOCIDO POR LOS DEMÁS
LA
SENTÍA DESDE LO MÁS ÍNTIMO DE SU SER, COMO UN IMPERATIVO
CATEGÓRICO.
UNA INMENSA NECESIDAD DE SER IMPORTANTE Y RECONOCIDO POR LOS
DEMÁS.
Abunda la lectura en el sentido de que ese hijo era en realidad un
político, y tuvo mediano éxito en ese desempeño.
No le distingo ni otro hijo ni hija, ni que a su vez su hijo hubiera
tenido descendencia. Sin embargo veo cómo los tres envejecieron
mucho, fueron longevos. A él y a su esposa los veo muy ancianos y no
solo eso: si no que en su brazo derecho por la parte exterior, en
lectura que se mueve hacia su codo, distingo cómo a su muerte los
tres fueron recibidos por un Ser Espiritual de Luz en planos
espirituales, quien expresó admiración porque ninguno de los tres
haya derramado a lo largo de aquella vida una sola gota de sangre de
los demás, a pesar de haber vivido en un ambiente propicio para la
ambición y el disfrute de comodidades y riquezas; como reconociendo
que debe haber habido gente en ese ambiente, como en cualquier otro
ambiente humano, que se hubiera apoderado por la fuerza, la
violencia o el crimen de satisfactores que tenían casi al alcance de
la mano, con sólo haberla estirado un poco.
Regreso a la lectura inicial de su cabeza, y una de las primeras
imágenes que distinguí fue a varones adultos, con pantalón muy
fajado, camisa muy fajada. Portando una ancha faja de tela de color
distinto en la cintura. Portando espadas de hoja muy ancha en uno de
sus extremos, al cinto. De barba cerrada. Y con un turbante que
sobresale una pulgada y media por la frente.
Ya en la lectura de su mano izquierda, la energía me da el
conocimiento de que él había sido llevado a trabajar a ese palacete
siendo muy joven. Y en el borde derecho de esa mano, encuentro que
su abuelo en esta vida lo había conocido de alguna experiencia
COSAS DE NUESTRO CORAZÓN GRUPO TSEY OR 196