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Curso de Astrología - Redencion 12

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Continuando con esta línea <strong>de</strong> siglas, que más propia parece <strong>de</strong>l estilo <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> la física<br />

teórica, al "sistema <strong>de</strong> estudio dinámico global <strong>de</strong>l yo" lo po<strong>de</strong>mos apodar el S.E.D.G.Y.<br />

La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong>l SEDGY se basa en el hecho <strong>de</strong> que el yo humano está continuamente en<br />

movimiento, aunque es bien sabido que poseemos una fase más fija y acumulativa en cuanto a<br />

experiencias, que es lo que <strong>de</strong>nominamos la individualidad solar. Simultáneamente, los cambios <strong>de</strong><br />

estados emocionales y las vivencias psíquicas se expresan mediante la personalidad psico-afectiva lunar.<br />

A la vez, cada cual actúa en unas líneas <strong>de</strong>terminadas a la hora <strong>de</strong> alcanzar sus objetivos: eso es lo que<br />

llamamos los patrones <strong>de</strong> conductas conscientes, indicados por la casa I y sus anexos. Y para terminar esa<br />

rueda en movimiento que es el yo, es bien sabido por la experiencia <strong>de</strong> los hechos y por algunas corrientes<br />

psicológicas, que el ser humano con cierta frecuencia actúa según parámetros subconscientes no<br />

previamente propuestos por su propia voluntad y conciencia; ahora, nos estamos refiriendo a las conductas<br />

subconscientes relacionadas con la casa XII y anexos.<br />

Parece en principio que el ser humano se expresa según este mo<strong>de</strong>lo tremendamente complejo, y eso es<br />

bueno, pues en la realidad se <strong>de</strong>muestra que es así. Lo que también es cierto, tal como el estudiante podrá<br />

ir comprobando progresivamente, es que la ciencia cosmopsicológica hace <strong>de</strong> esa complejidad algo que<br />

pue<strong>de</strong> ser visualizado <strong>de</strong> forma sintética y a la vez profunda, sin dar <strong>de</strong>masiado lugar a las suposiciones ni<br />

a las especulaciones. Es bueno saber que en los ejemplos siguientes nos centraremos lo más posible en<br />

los factores <strong>de</strong>l yo, puesto que el YO se encuentra interconectado directamente en muchos puntos con el<br />

AMBIENTE. Muchas <strong>de</strong> las características psicológicas y comportamientos <strong>de</strong>l ser humano se hallan<br />

indisolublemente ligados a las experiencias medio-ambientales las cuales, como se ha explicado, también<br />

se estudian en la Cosmopsicología. Aunque esta interrelación yo-ambiente es un hecho totalmente<br />

contrastado, también es cierto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la interpretación cosmopsicológica, que<br />

necesitamos establecer un retrato dinámico lo más completo <strong>de</strong> lo que en sí constituye el YO INDIVIDUAL,<br />

especialmente diferenciado <strong>de</strong>l AMBIENTE. Esto sobre todo lo hacemos a través <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong>l Sol ya<br />

que, como es bien conocido, la personalidad lunar <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> mucho <strong>de</strong>l ambiente, especialmente <strong>de</strong>l <strong>de</strong> la<br />

infancia y su entorno.<br />

Pue<strong>de</strong>n darse casos en que una individualidad fuerte pue<strong>de</strong> contrarrestar casi <strong>de</strong>l todo un ambiente<br />

inarmónico <strong>de</strong> nacimiento, e incluso algunos elementos genéticos adversos. Y viceversa, se dan ejemplos<br />

<strong>de</strong> personas que con todos los medios a su alcance los malogran y tiran por la borda con enorme facilidad,<br />

yendo a parar a estados <strong>de</strong> experiencia inferiores por haberlos buscado ellos mismos.<br />

Así, es claro que el Sol como indicador <strong>de</strong> la individualidad está asociado en principio con lo que en sí<br />

constituye el bagaje espiritual (voluntad-conciencia) <strong>de</strong> la persona, el cual pue<strong>de</strong> contrarrestar en muchos<br />

casos los ambientes inarmónicos siempre y cuando, por supuesto, se trate <strong>de</strong> una individualidad<br />

<strong>de</strong>sarrollada.<br />

Por tanto, la Luna se constituye en el elemento que, en principio, <strong>de</strong> los cuatro <strong>de</strong> la "cruz <strong>de</strong>l yo" se<br />

conecta más con el factor AMBIENTE, sobre todo por la influencia recibida en la infancia y en la primera<br />

parte <strong>de</strong> la vida, según el ambiente <strong>de</strong>l hogar y <strong>de</strong> la masa social circundante (Luna).<br />

Pero ahora nos podríamos preguntar, ¿qué suce<strong>de</strong> con la casa I y la casa XII?. ¿Son factores afines al<br />

ambiente o, por el contrario, se constituyen en eminentemente análogos al ego individual humano?.<br />

Veámoslo.<br />

En el tema <strong>de</strong> la casa I, es evi<strong>de</strong>nte que existe más afinidad con el ego que con el ambiente, por el hecho<br />

<strong>de</strong> que las fuerzas en la casa I y en las cercanías <strong>de</strong>l ascen<strong>de</strong>nte aumentan la capacidad <strong>de</strong> automotor<br />

propio o, lo que es lo mismo, <strong>de</strong> mol<strong>de</strong>ar el ambiente y penetrarlo por la proyección <strong>de</strong> la energía personal.<br />

Recor<strong>de</strong>mos en este momento el símbolo <strong>de</strong> Marte, que se encuentra representado por una flecha que<br />

sale <strong>de</strong>l círculo <strong>de</strong> la conciencia, lo cual es indicativo <strong>de</strong> que la casa I -afín al signo 1 y a Marte- expresa<br />

sobre todo generación <strong>de</strong> causas por <strong>de</strong>cisión y dirección propia. Así, las fuerzas presentes y canalizadas<br />

mediante la casa I suponen un componente <strong>de</strong> generación <strong>de</strong> causas más que <strong>de</strong> recepción <strong>de</strong> efectos.<br />

Aquí nos <strong>de</strong>tenemos un poco. Al hablar <strong>de</strong> ambiente estamos precisamente dando a enten<strong>de</strong>r que la<br />

persona es sujeto pasivo <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> efectos que recibe <strong>de</strong>l medio que le ro<strong>de</strong>a. Lógicamente ello no<br />

afina nada con la casa I, que se enmarca <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la generación <strong>de</strong> causas a través <strong>de</strong> la propia<br />

conducta, pudiendo ser éstas tanto involutivas como evolutivas.<br />

Sólo nos resta <strong>de</strong>terminar qué suce<strong>de</strong> al respecto <strong>de</strong> lo comentado en relación con la casa XII. En principio<br />

parece que existe una cierta tentación a conectar la casa XII con el ambiente, por el hecho <strong>de</strong> que el<br />

subconsciente nos trae la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> rendición pasiva a lo que viene <strong>de</strong> fuera, pero <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong> profundizar<br />

un poco más para no errar.<br />

Una clave importante para <strong>de</strong>scifrar este pequeño gran enigma es que la casa XII se localiza lindando con<br />

la línea <strong>de</strong>l ascen<strong>de</strong>nte, siendo en ello una casa terrestre cuasi-simétrica a la I. Decimos casi simétrica<br />

porque, como es bien sabido, la amplitud <strong>de</strong> las casas pue<strong>de</strong> variar <strong>de</strong> unas con respecto a las otras.<br />

En profundidad, se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que las casas I y XII son dos aspectos complementarios y a la vez<br />

opuestos <strong>de</strong>l punto ascen<strong>de</strong>nte. La línea <strong>de</strong>l horizonte Este representa en sí al yo activo o exteriorizable,<br />

poseyendo algo así como dos guardianes o dos columnas sustentadoras: la casa I (conductas conscientes)<br />

y la casa XII (conductas subconscientes). Ambos tipos <strong>de</strong> conductas se exteriorizan, pues por algo son<br />

conductas, siendo su diferencia el hecho <strong>de</strong> que los comportamientos propios <strong>de</strong> la casa I son propuestos y<br />

aprobados por la conciencia, mientras que en el caso <strong>de</strong> los <strong>de</strong> la casa XII no suce<strong>de</strong> así.

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