MANCHA QUE LIMPIA - DSpace CEU

M a tild e. ¿Lo ve usted? Por algo desconfío de m í m ism a. ¡Si no
es posible! Si desconfío de todos y de todo. Yo quería
m ucho á mi padre porque era m uy bueno. Sin em bargo,
todos dicen que era malo. ¡Ser malo u n hom bre tan
bueno! Pues entonces, los buenos, ¿cdmo son?
J u sto . P o r el estilo. El hom bre no es ni malo ni bueno en absoluto.
Mezcla de barro infecto y de girones de cielo
azul, allá se revuelve todo según los caprichos de la
vida. Se tropieza con el barro , y so retira con repugnancia
la m ano que so siente m anchada, y so dice; «¡qué
malo es!» Flota fuera de la m asa pastosa un girón de
ciclo como ala perfum ada, y al pasar, nos acaricia el
rostro, y decimos: «¡qué bueno es!» Los padres de Enriqueta,
acaso tropezaron con el barro, y con m otivo
dicen que tu padre era un m alvado. A tí te acarició la
plum a de sus alas, y dices con razón: «¡qué bueno era!»
Do toda suerte, tú debes creer que era bueno, aunque
el mundo entero te grite lo contrario.
M a tild e . Eso os lo q u e cro o .
Justo. D e b e s p e n sa r q u e s e eq u iv o c a n .
M atilde. E so p ie n so .
JüSTO. Debes suponer que el mal q u e hizo, fué contra su voluntad,
por coincidencias fatales. Y debes com pensar
con tu sacriticio aquellas m aldades, no de tu padre, del
destino, para que todos digan: «cuando la hija es tan
buena, no sería tan malo el padre.» Así em pezarás su
rehabilitación.
M a tild e. Eso es lo que haré. P o r él, no por m í. P o r su m em oria,
y por la mem oria de mi m adre. ¡Do mi m adre!... ¡Pero
si de m i m adre no tengo m em orial O tra som bra de mi
existencia, y esta sí que os espesísim a.
J u sto . Hablemos de tu padre.
M a tild e . ¿Y p or q u é n o do m i madre?
J u sto . Porque no la conocí.
M a tild e . Ni y o tam poco. ¡Nadie la conoció!
J u sto . ¿Pues entonces?
M a tild e , ¡.\caso tenga yo un recuerdo! ¡Pero tan vago!