MANCHA QUE LIMPIA - DSpace CEU

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J u lio . ¿Dtínde has aprendido esas cosas? — —— —
E n riq . No recuerdo: las supe siem pre; pero á nadie se las digo
m ás que á tí: m ira si te querré. Y ahora, v ete... vele
antes que vengan. Matilde te espera. (Con Ironía.)
Ju u o . Con una condición.
E5RIQ. ¿Cual?
Ju n o . Que cum plirás tu prom esa. Que irás esta noche. (En voz
baja.)
E nriq. Me has dicho cosas m uy duras, m uy ofensivas... m ereces
un castigo...
J u lio . ¡Enriqueta!
E n riq . Bueno, iré. Pero allá... allá... pro n to ... m ira, vienen.
JcL io. ¿T en go tu palabra?
E n riq . S í... s í... iré. ¿Quieres más? Te lo ju ro . (Mirando siempre
con inquietad.)
J u lio . ¡Sí; quiero m ás!... ¡siempre m ás!... ¡No... yo no te
pierdo! ¡eres diabólica... pero eres divina!
E n riq . ¡Qué hom bre. Dios mío! ¡Me quiere m ucho, pero es
m uy im prudente! N o... si Julio no fuese tan débil, sería
m uy peligroso. Lo siento; pero es preciso que se m arche
de Madrid por dos ó tres m eses á donde nadie sepa:
cuando vuelva, ten d rá que resignarse. No: si yo no deja
ré de am arle. Es lo m ejor; q u e me pierda de vista por
alg ú n tiem po. Trabajo me costará convencerle... pero
le convenceré. Al pronto, ¡qué furores! ¡qué amenazas!
Luego, ¡qué súplicas!... ¡pobre Julio! Y concluirá, como
siem pre, por obedecerm e. (Sonriendo con malicia.)
ESCENA II
ENRIQUETA, DOSa CONCEPCIÓN, DON LORENZO
y DON JUSTO
Eariqacta se deja caer en la silla, y se queda humilde y pensativa. Ixis
demás vienen por la derecha.
CoNCEP. E n riq u eta, h ija m ía , ¿qué h a c e s a q u í so lita ?
E n rtq . Nada. Estoy pensando. (Muy triste.)
CoNCEP. ¿Qué pieusas, niñita mía?