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M a tild e. Cada vez le entiendo á usted menos.<br />
Ju sto. Sí; pero y o m e entiendo. Antes te decía: «¡resígnate,<br />
sufro!» Ahora te digo: «¡lucha!» Puede un sér humano<br />
sacrificar su felicidad: no debe sacrificar su honra. Yo<br />
al m enos, así lo entiendo.<br />
M a tild e . ¡La honra! ¡Acabe usted, por Dios santo!<br />
J u sto . Vamos despacio. Yo no quiero que por una idea exagerada<br />
do tu deber, te des por vencida sin razdn. Sí: tienes<br />
deudas do tu padre para con Enriqueta; pero los<br />
padres do Enriqueta tam bién tenían deudas para contigo.<br />
A cada cual lo suyo. No quiero llevarte ataÜa de<br />
pies y m anos, como corderillo que se ofrece al sacrili-<br />
cio. Voy á darte valor si lo necesitas: voy li prestarte<br />
energía si te falta. Oye. Esa m ujer de que me hablabas<br />
antes, era tu m adre.<br />
M a tild e. ¡Bien decía yo! ¡Dios m ío!... ¡Dios mío!<br />
J u sto . E ra pobre, era humilde; pero hubo una época en que<br />
tu padre la quiso, y se hubiera casado con ella. Los<br />
padres de E nriqueta, que entonces tenían am istad íntim<br />
a con el luyo, lo impidieron; como vulgarm ente se<br />
dice, se lo quitaron de la cabeza.<br />
M a tild e. ¡Ah!... ¿Cómo? ¿Por qué?<br />
J u sto . ¿Por qué? por la clase humilde á que tu m adre pertenecía.<br />
¿Cómo? por el consejo, por la insistencia, por<br />
el ridiculo... En sum a, lo impidieron: do modo qjie<br />
mal po r mal: estáis pagados.<br />
M a tild e . (Con ira y desesperación crecientes.) ¡No: n o e sto y pagada!<br />
¡Por ellos m i m ad re m u rió s in d arm e un J)eso! ¿Por<br />
ellos la hija v iv ía en e l lu jo y la m ad re en la m iseria!<br />
¡Por ellos m e llev a b a n e n e l tren m ien tra s u n a m u jer<br />
q u ed aba en lo s a n d en es m irand o, pero sin v e r , á la<br />
h ija q u e s e v a para siem p re! ¡Por ellos aq u ella hija no<br />
e stá e n lo s b razos d e aq u ella m ad re; ni le sep ara la<br />
m an o; ni le b e sa lo s ojos; n i so lo s b e s ó á la h ora de<br />
la m u erte; n i sa b e en q u é pedazo de tierra s e d esh ace<br />
s u cu erp o; n i p u ed e d ecir siq u iera cóm o ora su m ad re,<br />
p orq u e e l pañ u elo d e la cab eza le tapaba la cabeza, y