Senderos de Liberacion - Federación Espírita Española
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Pregustando las sensaciones veni<strong>de</strong>ras, <strong>de</strong>scendió con la esposa a la planta baja, tomó el<br />
automóvil y marchó hacia el lujoso hotel don<strong>de</strong> encontraría a los amigos <strong>de</strong> su extraña corte, para<br />
asistir al remate y cenar extravagantemente.<br />
Después <strong>de</strong> la salida <strong>de</strong>l matrimonio, ya que nada más podíamos hacer allí, el Dr, Carneiro y<br />
el hermano Ernesto asumieron la responsabilidad <strong>de</strong> conducir a los compañeros equivocados y a<br />
Estefanio hacia nuestro puesto operativo, don<strong>de</strong> la bondad <strong>de</strong>l noble Vicente había cedido las instalaciones<br />
a los cooperadores adiestrados para el ministerio a que estaban entregados.<br />
En aquella noche, no había una reunión normal, ya que se había reservado el tiempo para<br />
nuestras activida<strong>de</strong>s.<br />
De esa forma, instalamos a los Espíritus que condujimos, hasta que fuesen llevados a cabo<br />
los socorros necesarios a su reequilibrio.<br />
Algunos, temerosos <strong>de</strong> ser punidos, creyendo que éramos mensajeros más po<strong>de</strong>rosos y pertenecientes<br />
a algún grupo adversario <strong>de</strong>l Soberano, prorrumpieron en un llanto angustiante, suplicando<br />
piedad y ayuda.<br />
En muchos <strong>de</strong> ellos, había sincero <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> recuperación, lo que permitió que enfermeros<br />
diligentes los separaran <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más -que los menoscababan con expresiones vulgares- a fin <strong>de</strong><br />
prestarles la conveniente asistencia. Los otros aguardarían las directrices compatibles que les serían<br />
sugeridas.<br />
Estabamos en esas tareas, cuando el abnegado Vicente recibió la información <strong>de</strong> que Raulinda,<br />
aturdida y amargada en sí misma, bajo la reacción <strong>de</strong>l adversario en proceso <strong>de</strong> reencarnación y<br />
sitiada psíquicamente por otros miembros <strong>de</strong>l clan <strong>de</strong>l Soberano, se preparaba para el suicidio.<br />
El Dr. Carneiro resolvió acompañarlo, llevándonos, en cuanto Fernando, el Dr. Hermann y el<br />
mentor Ernesto quedarían cuidando a los pacientes que habíamos traído a la Casa <strong>Espírita</strong>.<br />
Cuando llegamos al hogar <strong>de</strong> la amiga casquivana, encontramos un espectáculo <strong>de</strong>plorable.<br />
Dominada por el pavor y la rebeldía contra sí misma, se encontraba ro<strong>de</strong>ada por Espíritus perversos<br />
y burlones que la cribaban <strong>de</strong> acusaciones crueles, generando un psiquismo pestilente, venenoso. El<br />
reencarnante luchaba para romper los lazos magnéticos que lo ataban al zigoto.<br />
Ella oía, psíquicamente, los reproches, sarcasmos y amenazas, <strong>de</strong>sequilibrándose. Recordó<br />
que en la casa había cierta sustancia venenosa que se usaba para eliminar roedores y se<br />
predispuso a ingerirla, inducida por los adversarios <strong>de</strong>spiadados.<br />
No había recurrido a la plegaria, a pesar <strong>de</strong> haber sido convidada a la oración por la abuela<br />
<strong>de</strong>sencarnada que la asistía. En esa emergencia, ante la amenaza <strong>de</strong> lo peor, la venerable señora<br />
recurrió al <strong>de</strong>dicado Vicente.<br />
Los barulleros perturbadores no percibieron nuestra llegada y continuaron el cerco infeliz.<br />
Cuando las criaturas se dieran cuenta <strong>de</strong>l intercambio, <strong>de</strong> la interferencia <strong>de</strong> los Espíritus en<br />
sus vidas, e instruidos en las técnicas <strong>de</strong>l equilibrio moral y emocional, abrigaron las i<strong>de</strong>as superiores,<br />
que se convertirán en psicoterapia excelente y salvadora, cambiarán el paisaje <strong>de</strong> las aflicciones<br />
humanas para mejor.<br />
Antes <strong>de</strong> resbalar por la rampa <strong>de</strong> la rebeldía o <strong>de</strong> la <strong>de</strong>presión, <strong>de</strong>l vicio o <strong>de</strong> la violencia,<br />
apren<strong>de</strong>rán a precaverse contra el mal y a vitalizar el bien, evitándose muchos dolores que su imprevisión<br />
les acarrea.<br />
En cuanto el Dr. Carneiro pasa a aplicar energías que disolviesen la tela vibratoria sombría<br />
que la asfixiaba, el hermano Vicente se puso en oración y lentamente se hizo visible, aureolado <strong>de</strong><br />
safirina luz que se fue intensificando hasta iluminar la habitación.<br />
Los Espíritus perturbadores quedaron confusos. Unos salieron disparando, otros, aún vinculados<br />
a los hábitos religiosos <strong>de</strong>l pasado, se arrodillaron, exclamando:<br />
-“Es un ángel <strong>de</strong> Dios! Misericordia!”<br />
El sereno Mentor, al concluir la súplica, les respondió:<br />
-“Soy apenas vuestro hermano, que os viene a aclarar las tinieblas <strong>de</strong> la ignorancia y <strong>de</strong>spertaros<br />
hacia las responsabilida<strong>de</strong>s olvidadas. Ved, la pobre joven a quien aturdís, es nuestra hermana que se