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Junto a ello, se impulsaron las siguientes acciones.
» Producción de folletos para la capacitación en los idiomas kakchikel, ixil y castellano, con
ilustraciones en las que se reconocen las características socioculturales de la población y aparecen
hombres y mujeres realizando actividades diferentes a las impuestas por sus roles de género. Gracias
a esto la población se sintió más identificada, aumentado así el grado de transformación y por tanto la
asimilación de conocimientos.
» Capacitación a las mujeres en fontanería domiciliar, diferenciándolas así de las capacitaciones
dirigidas a hombres en fontanería general.
» Utilización de diversas herramientas en la identificación y formulación para incorporar el enfoque
de género en la intervención, destacando que un servicio de agua deficiente afecta más a las mujeres
que a los hombres, visibilizando la enorme carga de trabajo que soportan las mujeres.
» Identificación de los momentos clave de la intervención para posibilitar una participación más
equitativa de mujeres y hombres.
» Visibilización y valoración del trabajo no remunerado de las mujeres en la infraestructura y
construcción (acarreo de material, preparación del almuerzo para los albañiles). Esta aportación significa
un reconocimiento del trabajo reproductivo, normalmente invisibilizado a nivel cultural.
“Antes, todos los vecinos cargaban sus tinajas para ir a traer agua del nacimiento,
las mujeres tenían que ir a lavar la ropa lejísimos; sufríamos por el acarreo y por la
pena de no tener agua potable”. San José de Cunén
reflexiones
La conformación de los comités de saneamiento posibilitaron a las mujeres de dotarse de un espacio de
expresión y organización, lo que ha favorecido el proceso de empoderamiento de las mujeres y el
reconocimiento de su papel. En todos los comités la participación y la coordinación de sus miembros han
sido mejor y más eficientes. El impacto de los cambios de comportamiento en temas de saneamiento básico
es un indicador del éxito de la acción y los mismos/as beneficiarios/as del proyecto, hombres y mujeres,
son conscientes de ello y así lo reconocen. Fue acertada la limitación en cuanto a la apertura del papel de
la mujer en la sociedad rural a trabajar únicamente en comités de saneamiento sólo para mujeres, y no en
comités mixtos.
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