modulo de oratoria. - Fondemi
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En el tercer caso, podrá mencionarse la ausencia <strong>de</strong> solidaridad, <strong>de</strong> grupo (le “tocó” a él la tarea), la tensión personal,<br />
etc.<br />
Por supuesto, es bueno aclarar que todo orador se pone nervioso o siente nerviosismo antes <strong>de</strong> realizar su intervención:<br />
eso es completamente natural. No <strong>de</strong>be confundirse la intranquilidad creadora propia <strong>de</strong> toda persona<br />
que se va a encontrar con un auditorio con el miedo escénico.<br />
Se conoce que en una persona este está presente porque son visibles en el nerviosismo <strong>de</strong> sus movimientos,<br />
las manos vacilantes, tembloroso o sudoroso, los labios resecos, piernas temblorosas, la pali<strong>de</strong>z, <strong>de</strong>seos constantes<br />
<strong>de</strong> tomar agua o ir al baño, respiración acelerada y otros tipos afines <strong>de</strong> manifestaciones, como el titubeo y la<br />
pérdida <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as.<br />
¿Qué hacer en estos casos? ¿Cómo per<strong>de</strong>r el miedo y hablarle al público? Aunque no constituye una “receta”,<br />
podrían ser útiles estas recomendaciones:<br />
• Oblíguese a serenarse mediante un esfuerzo <strong>de</strong> la voluntad. En este caso, el mismo orador podría<br />
plantearse: “Estoy preparado, me leí el discurso, conozco las tesis y cómo las voy a argumentar, <strong>de</strong>bo<br />
mirar al auditorio, cuando llegue al podio arreglaré los micrófonos”...<br />
• Hacer varias inspiraciones y espiraciones. En forma discreta, como todavía está sentado en la presi<strong>de</strong>ncia,<br />
pue<strong>de</strong> respirar profundamente y expulsar seguidamente el aire. Pronto sentirá un ligero mareo<br />
que le obliga a tranquilizarse. Esta acción será realizada sin que el auditorio se percate <strong>de</strong> ello.<br />
• Realizar algo que alivie la tensión: mover la caja <strong>de</strong> fósforo, el bolígrafo o cualquier objeto que esté<br />
sobre la mesa (un libro, los apuntes, fichas). Esto, por supuesto, en forma mo<strong>de</strong>rada, antes <strong>de</strong> realizar<br />
la intervención.<br />
• Emplear frases cortas y sencillas, fáciles <strong>de</strong> plantear y <strong>de</strong> manejar, que ofrezcan posibilidad <strong>de</strong> pensar<br />
y expresar las siguientes.<br />
• Pensar bien el comienzo <strong>de</strong> la intervención. Para el auditorio lo importante es el mensaje que va a<br />
recibir. Cuando un orador comienza todos escuchan, pero si hay pobreza <strong>de</strong> expresión: “muletillas”,<br />
pausas innecesarias, tartamu<strong>de</strong>z ... ¡Nadie lo escuchará!<br />
• Conocer el tema. La magnitud <strong>de</strong> la emoción es inversamente proporcional al resultado <strong>de</strong> la preparación,<br />
es <strong>de</strong>cir, mientras más preparado está el orador, menos posibilidad <strong>de</strong> que sienta miedo<br />
escénico.<br />
• Prepare notas a<strong>de</strong>cuadas. Confíe en que pue<strong>de</strong> manejar el tema.<br />
• Apoyarse en la fe profunda <strong>de</strong> la justeza <strong>de</strong> la causa que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>. En tal sentido podría <strong>de</strong>cir para<br />
sí: “Yo digo la verdad, tengo la razón, ¿por qué voy a sentir miedo?<br />
• Actuar con valentía y <strong>de</strong>cisión. Esto se logra en el transcurso <strong>de</strong> entrenamientos incansables y<br />
cuando se han realizado varias intervenciones públicas, ya que el contacto frecuente con el auditorio,<br />
constituye una cuestión normal.<br />
• Busque puntos <strong>de</strong> referencia que le permitan pasear la mirada <strong>de</strong> un lado a otro <strong>de</strong>l auditorio para<br />
que sienta que recibe la atención suya.<br />
• Emplee las manos, los brazos, las expresiones faciales y el cuerpo, para enfatizar lo que dice y con<br />
ello aliviar las tensiones excesivas.<br />
• El nerviosismo tiene un efecto inhibidor, no sólo para el orador. ¿No ha visto atletas llorar antes<br />
<strong>de</strong> una carrera? ¿No ha observado a expertos oradores temblar antes <strong>de</strong> la intervención? ¿No se ha<br />
fijado cuánto tiembla un hombre <strong>de</strong> estado antes <strong>de</strong> una entrevista, una conferencia <strong>de</strong> prensa? Lo<br />
mejor será liberar esa tensión nerviosa, por lo tanto acójala como una necesidad inevitable y domine<br />
sus nervios.<br />
• No ponga una mano <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la boca.<br />
• Si está <strong>de</strong> pie, coloque un pie <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l otro, lo cual le ayudará a la emisión <strong>de</strong> la voz.<br />
• Cambie <strong>de</strong> posición a conveniencia.<br />
¿Timi<strong>de</strong>z? ¿Miedo escénico? Con estos aspectos bien <strong>de</strong>limitados y bien preparados estará en condiciones <strong>de</strong><br />
presentarse ante su auditorio.<br />
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