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Máximo Gorki La Madre. - Partido Comunista del Ecuador

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-¡Sí, los Judas...!<br />

XIII<br />

Pavel bajó y se puso al lado de su madre. A su alrededor, el zumbido había vuelto a empezar, discutiendo unos con<br />

otros, agitados y gritando.<br />

-No declararás la huelga -dijo Rybine a Pavel, acercándosele-. El pueblo quiere ganar, pero es abúlico. No habría, quizá,<br />

ni trescientos que se pusiesen junto a ti. No es posible levantar semejante estercolero con una sola horquilla.<br />

Pavel callaba. Veía la multitud con su enorme rostro negro agitarse y mirarlo, esperando algo de él. Le parecía que sus<br />

palabras habíanse esfumado sin dejar huella en aquellos hombres, como gotas aisladas cayendo sobre una tierra<br />

extenuada por una larga sequía.<br />

Volvió a casa, triste y fatigado. Su madre y Sizov le seguían; Rybine caminaba a su lado y su voz le zumbaba en el oído.<br />

-Hablas bien, pero no tocas el corazón, eso es. Y es en lo profundo de los corazones donde hay que lanzar la chispa. No<br />

conquistarás a la gente con la razón: es demasiado fina, demasiado estrecha para su pie.<br />

Sizov decía a la madre:<br />

-Es momento de que los viejos nos vayamos al cementerio. Es un nuevo pueblo el que se alza ahora. ¿Cómo vivíamos<br />

nosotros? Arrastrándonos sobre las rodillas y saludando hasta tocar la tierra. Pero hoy..., yo no sé si los jóvenes han<br />

recuperado la conciencia o si se engañan más aún que nosotros; pero no son los mismos, ya lo has visto. Hablan con el<br />

director como con un igual, sí... Hasta la vista, Pavel. Está bien que tomes la defensa de los tuyos, muchacho. Si Dios te<br />

ayuda, puede que encuentres medio de salir de esto... ¡Dios lo quiera!<br />

Se fue.<br />

-¡Ea, lárgate a tu cementerio! -rezongó Rybine-. En estos tiempos, no sois ya ni hombres: sois masilla, buena para tapar<br />

grietas. ¿Has visto, Pavel, los que gritaron para enviarte como <strong>del</strong>egado? Eran los que decían que eres un socialista, un<br />

enredador. ¡Esos mismos! «Lo expulsarán de la fábrica, dicen, y le estará bien.»<br />

-Tienen razón, desde su punto de vista.<br />

-Los lobos también tienen razón cuando se devoran entre ellos.<br />

<strong>La</strong> cara de Rybine era sombría, y su voz temblaba de modo desusado.<br />

-<strong>La</strong> gente no cree en las palabras desnudas. Hay que sufrir y empaparlas en sangre...<br />

Durante todo el día, Pavel estuvo triste, cansado, lleno de una extraña inquietud: sus ojos brillantes parecían buscar algo.<br />

Su madre lo observó e inquirió alarmada:<br />

-¿Qué te pasa, Pavel?<br />

-Me duele la cabeza -dijo él pensativo.<br />

-Debes acostarte; llamaré al doctor.<br />

El la miró y se apresuró a responder: -No, no hace falta.<br />

Y de pronto, en voz baja:<br />

-Soy joven, me falta fuerza, eso es todo. No han confiado en mí, no me han seguido, y es porque no he sabido decirles la<br />

verdad. Es duro... y humillante para mí. '<br />

<strong>La</strong> madre miró su rostro sombrío y le dijo dulcemente, para consolarlo:

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