Amaro González de Mesa - Fundación Transición Española
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guió manteniendo unas relaciones diplomáticas cada vez más etéreas con el<br />
Gobierno <strong>de</strong> la República en el exilio y unas oficiosas con el <strong>de</strong> la España <strong>de</strong><br />
Franco. El intercambio comercial se canalizaba a través <strong>de</strong>l llamado “Convenio<br />
<strong>de</strong> Pagos” al que ya nos referimos. El último firmado era <strong>de</strong> 28 <strong>de</strong> agosto<br />
<strong>de</strong> 1971. La verdad es que las relaciones económicas con Méjico no tuvieron<br />
gran peso en el conjunto <strong>de</strong>l comercio exterior español. En 1974 las exportaciones<br />
a Méjico no pasaron <strong>de</strong> 62,6 millones dólares. En otro or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> cosas,<br />
las relaciones eran normales y en muchos aspectos cordiales. En Méjico estaba<br />
abierto un Instituto <strong>de</strong> Cultura Hispano-Mejicano (en realidad un Instituto <strong>de</strong><br />
Cultura Hispánica) <strong>de</strong>l que formaban parte ilustres figuras <strong>de</strong> la cultura mejicana.<br />
Muchos estudiantes mejicanos cursaban –becados o por su cuenta– sus<br />
estudios en España. Los artistas mejicanos <strong>de</strong> cine y teatro eran populares en<br />
España. Baste recordar a Jorge Negrete, Cantinflas, María Félix, etc. Las figuras<br />
<strong>de</strong>l toreo competían en los ruedos <strong>de</strong> los dos países. El turismo se <strong>de</strong>sarrollaba<br />
normalmente. En <strong>de</strong>finitiva, sólo faltaba oficializar unas relaciones<br />
que, cada vez con mayor intensidad se iban tejiendo entre España y Méjico.<br />
Ésta era la situación en líneas generales en el año 1975. En España, a la preocupación<br />
por la cada vez más vacilante salud <strong>de</strong> Franco, se sumaba el recru<strong>de</strong>cimiento<br />
<strong>de</strong>l terrorismo. Entre enero <strong>de</strong> 1974 y julio <strong>de</strong> 1975 se produjeron<br />
cerca <strong>de</strong> doscientos actos violentos, y once policías habían perdido la vida en<br />
atentados perpetrados por E.T.A. en el País Vasco y el F.R.A.P. en Madrid.<br />
Para combatir esa ola <strong>de</strong> terrorismo, el Gobierno <strong>de</strong> Arias Navarro promulgó<br />
el 26 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1975 un <strong>de</strong>creto ley estableciendo la pena <strong>de</strong> muerte para<br />
los terroristas y sus colaboradores en el caso <strong>de</strong> que sus actos produjesen la<br />
muerte <strong>de</strong> agentes <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n u otros funcionarios públicos. Al cabo <strong>de</strong> un mes<br />
<strong>de</strong> su promulgación había once con<strong>de</strong>nados a muerte. Tres <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong> E.T.A.<br />
y ocho <strong>de</strong>l F.R.A.P.<br />
Para cinco <strong>de</strong> ellos no hubo clemencia: Ángel Otaegui y Juan Pare<strong>de</strong>s ambos<br />
<strong>de</strong> E.T.A.; y Sánchez Bravo, Ramón García Sanz y José Humberto Baena <strong>de</strong>l<br />
F.R.A.P. fueron ejecutados el 27 <strong>de</strong> septiembre.<br />
Estas ejecuciones produjeron un movimiento <strong>de</strong> repulsa en toda Europa y en<br />
muchos países <strong>de</strong> América. En Lisboa fue incendiada la Embajada <strong>de</strong> España.<br />
Por su parte en Méjico, el presi<strong>de</strong>nte Echeverría el 28 <strong>de</strong> septiembre inmediatamente<br />
<strong>de</strong> conocerse las ejecuciones pidió en carta al secretario general <strong>de</strong><br />
Naciones Unidas, Kurt Waldheim, la convocatoria urgente <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> Se-