Amaro González de Mesa - Fundación Transición Española
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elaciones con España; pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los acontecimientos <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong><br />
1975 lo veían prácticamente imposible. A<strong>de</strong>más no había materialmente<br />
tiempo para ello. También opinaban que convenía en el período que aún le<br />
quedaba <strong>de</strong> mandado mantener la máxima discreción y evitar cualquier gesto<br />
que pudiera interpretarse como ofensivo para Echeverría. Por su parte Martínez<br />
Feduchy me dijo que tenía un compromiso moral con Méjico, por lo que<br />
mientras este país siguiese reconociendo al Gobierno <strong>de</strong> la República, él se<br />
sentía obligado a permanecer en su puesto. Pero que en cuanto Méjico reconociese<br />
a la Monarquía <strong>Española</strong>, él regresaría a España a ocuparse <strong>de</strong> sus<br />
asuntos; también me manifestó que <strong>de</strong> fuente oficial (no me indicó cuál era esa<br />
fuente) le habían insinuado que la Embajada <strong>de</strong> la República era un “negocio<br />
en liquidación”. Estamos, me dijo, “en el último capítulo <strong>de</strong> un libro. Lo que<br />
no sé es cuántas páginas tiene este capítulo”.<br />
Creía que Echeverría había estado mal informado <strong>de</strong> los asuntos <strong>de</strong> España. Le<br />
habían hecho creer; para halagarle, que en España en cuanto se produjese el<br />
cambio le esperaban para rendirle tributo por su actitud personal y como homenaje<br />
a Méjico, un gran homenaje. Para ilustrar esto, me dijo, que un año<br />
antes, cuando con todo el cuerpo diplomático le recibió en el aeropuerto a su<br />
regreso <strong>de</strong>l viaje a Irán, el presi<strong>de</strong>nte, al saludarle le dijo: “El próximo viaje<br />
oficial, a España”. En cualquier caso creía que la actual situación no podía<br />
prolongarse mucho tiempo y me añadió algo a lo que, <strong>de</strong> momento, no le di<br />
mucha importancia, pero que más tar<strong>de</strong> comprobaría que era exacto. A los políticos<br />
mejicanos, me manifestó, les preocupa la forma en que van a instrumentar<br />
la reanudación <strong>de</strong> relaciones con España para no romper bruscamente<br />
el compromiso moral que tienen con los republicanos españoles, ni per<strong>de</strong>r el<br />
capital que les produjo o que creen que les produjo su inalterable actitud con<br />
ellos. Martínez Feduchy también me aseguró que él sin renunciar a una línea<br />
<strong>de</strong> conducta <strong>de</strong> más <strong>de</strong> cuarenta años estaba dispuesto a no entorpecer la marcha<br />
<strong>de</strong> las cosas y ayudar a que se resolviesen <strong>de</strong> una manera correcta y civilizada.<br />
En otros almuerzos a solas me planteó el tema <strong>de</strong> su jubilación (era diplomático<br />
<strong>de</strong> carrera). Le aseguré que el ministro Oreja trataría <strong>de</strong> resolverlo <strong>de</strong> la<br />
manera más rápida y satisfactoria. Así fue. Apenas un año <strong>de</strong>spués, el Director<br />
General <strong>de</strong>l Servicio Exterior, José Joaquín Puig <strong>de</strong> la Bellacasa, le entregaría<br />
en su <strong>de</strong>spacho el <strong>de</strong>creto concediéndole la jubilación y el pasaporte<br />
diplomático español.<br />
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