12.05.2013 Views

Jorge Isaacs, el poeta según sus obras por Baldomero Sanín Cano

Jorge Isaacs, el poeta según sus obras por Baldomero Sanín Cano

Jorge Isaacs, el poeta según sus obras por Baldomero Sanín Cano

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

deplorar <strong>el</strong> horror de la guerra. En La muerte d<strong>el</strong> Sargento los <strong>por</strong>menores inconexos de la<br />

batalla sirven tan sólo de fondo al espectáculo miserando d<strong>el</strong> soldado herido mortalmente<br />

que lanza <strong>el</strong> último <strong>sus</strong>piro pensando en su mujer y en su hijo.<br />

Con todas <strong>sus</strong> cualidades de sinceridad y d<strong>el</strong>icadeza, la poesía de <strong>Isaacs</strong> nos deja casi fríos<br />

a los que nos acercamos a <strong>el</strong>la, cincuenta años después de escrita, con ánimo de penetrar en<br />

<strong>el</strong> fondo de <strong>sus</strong> secretos resortes. Comparada con su prosa es necesario convenir en que esta<br />

poesía ha envejecido considerablemente. Y no cabe decir que es la sensibilidad nuestra la<br />

que se ha modificado, <strong>por</strong>que, aunque esto es verdad, esa modificación no impide que nos<br />

cautiven sin poder remediarlo Lamartine, Musset, Espronceda, Heine, Manzoni. Para<br />

explicar este fenómeno debo recurrir como los tratadistas de lógica a plantear una<br />

definición: <strong>Isaacs</strong> es un <strong>poeta</strong> cuya forma natural de expresión resulta ser la prosa. No<br />

quiero decir con esto que sean <strong>sus</strong> poesías triviales ni prosaicas, sino que <strong>el</strong> caudal de su<br />

sensibilidad queda estrecho en los límites d<strong>el</strong> verso. Necesita prodigar las <strong>el</strong>ipsis, los puntos<br />

<strong>sus</strong>pensivos, <strong>el</strong> interrogante y la admiración para verter <strong>el</strong> ímpetu de <strong>sus</strong> sensaciones.<br />

Recurre al asonante en busca de mayor libertad y echa mano de los finales agudos fáciles y<br />

en ocasiones demasiado evidentes, <strong>por</strong>que la riqueza de la emoción no cabe dentro de las<br />

exigencias d<strong>el</strong> constante, meticulosamente estudiado. Son los defectos de la época; pero son<br />

también <strong>el</strong> resultado d<strong>el</strong> arranque indómito en un corazón que desborda y rebasa los límites<br />

d<strong>el</strong> procedimiento retórico.<br />

Su prosa tiene más cuerpo. <strong>Isaacs</strong> dominaba la frase, poseía <strong>el</strong> sentido de la armonía y <strong>el</strong><br />

número e instintivamente acomodaba <strong>el</strong> ritmo de <strong>sus</strong> períodos a las exigencias d<strong>el</strong> asunto.<br />

En ocasiones, sin que la imitación sea manifiesta, parece que leyera uno páginas de las más<br />

hermosas que les legó Chateaubriand a <strong>sus</strong> póstumos admiradores.<br />

Ese poder extraordinario de acomodar la frase a las exigencias de su pensamiento, de su<br />

generosa sensibilidad y d<strong>el</strong> ambiente nov<strong>el</strong>esco que <strong>el</strong> autor había estudiado a palmos,<br />

fueron la causa de aqu<strong>el</strong> hechizo que la María ejerció sobre la juventud literaria de 1870 y<br />

sobre todo un público americano anh<strong>el</strong>oso de ver puestos en cifra estados de alma,<br />

aspiraciones sentimentales que estaban en la atmósfera como la <strong>el</strong>ectricidad en <strong>el</strong> éter<br />

tempestuoso. Sería un error y una injusticia dar <strong>por</strong> sentado que <strong>el</strong> romanticismo de la

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!