EOC nº 51

Lo mejor
de eoc
El Caso de Juan Jose Ferrer y el vidente Raphel
LOS VIDENTES JUEGAN CON VENTAJA
En julio de 1993 una noticia conmovió a la opinión pública,* al
escuchar con estupor como un niño de solo 13 años
confesaba haber asesinado a otro de 10 "porque se burlaba
de él". El "Nano", con aparente frialdad, condujo a la policía
hasta un descampado cercano a su casa -próximo al barrio
San Fermín de Madrid- donde finalmente se encontró el
cuerpo de Juan José Ferrer, que la policía venía buscando
desde hacía meses.
La desaparición del niño se había denunciado en 1992.
Juanjo vivía con su abuela, pues su padre falleció en un
accidente y su madre lo abandonó siendo pequeño.
Lógicamente la desaparición de Juanjo había sumido a la
familia en una total desesperación, empujándolos hacia las
consultas de "videntes" y "adivinos" en busca de una
respuesta. ¿Quién juega con ventaja en estos casos?...¿El
desesperado consultante o el vidente?
... y Juanjo
Semblanzas del niño desaparecido hace un año y
del amigo que lo mató
Juan José Ferrer desapareció de su casa el 9 de
agosto de 1992. Tenía 10 años, fracasos escolares
en su cartilla y el pelo lacio. Durante un año,
policías, brujos y vecinos salieron a la búsqueda
del chiquillo. Nano y Richi, los dos hermanos que
lo vieron por última vez, aseguraban desconocer
su paradero. Sin embargo, el pasado domingo,
durante una acampada en Casilla-La Mancha,
Nano, después de haber mantenido una versión
totalmente distinta durante un año, se confesó
autor del crimen y llevó a la policía hasta el
descampado donde mató a su amigo de una
pedrada. Lo hizo porque le había insultado. Era
un lugar cercano a la M-40 y al barrio de El Cruce,
donde vivían los tres chiquillos. El niño muerto y
el amigo que le golpeó con una piedra estudiaban
en el mismo colegio, ambos son hijos de madres
drogadictas que los abandonaron hace años, los
dos vivían con sus abuelos en un barrio pobre de
Madrid y tanto el uno como el otro perdieron a su
padre antes de conocerlo.
Gracias a la periodista Lorena Sánchez, quien me puso en la
pista del caso, pudimos hablar con los familiares de Juanjo,
pudiendo descubrir así el triste transfondo de la odisea entre
videntes y augures que vivió la familia, cuando más bajos de
moral se encontraban.
Localizamos a María del Carmen, tía del niño asesinado, que
fue quien acudió en nombre de la familia a algunos
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"reputados" y famosos videntes. Trascribimos a continuación
algunas partes de la conversación que mantuvimos con ella:
"Rappel me dijo que el niño estaba con feriantes, que estaba
vivo, y me cobró 12.000 pesetas, aunque no fue ése sólo, ya
que otra aquí, en mi barrio, me cobró veinticinco mil, una tal
Pilar. Ya se que como mínimo deberían devolverme el dinero,
pero luego te hacen cosas malas, y a mi me da mucho miedo
ir a pedir que me lo devuelvan. La tal Pilar ,no se su apellido,
que vive aquí en Villaverde Alto, me dijo que en 24 horas iba
a aparecer el niño, y fíjate, apareció en 12 meses y mira
como. Me dijo que al niño la habían dado un golpe en la
cabeza, pero que estaba vivo, que le había curado un
drogadicto, y que le había dejado allí tirado después. Esta fue
la que me cobró 25.000, que por cierto las tuvo que pedir mi
madre porque no teníamos dinero. Otra me cobró 8.000, otra
12.000, como Rappel. Otra de Tarragona nos cobró otras
8.000. Hemos ido desesperados, sin exagerarte, por lo
menos a 8 o 9 videntes, y todos nos han cobrado de 8.000
para arriba. La única que no nos ha cobrado un duro ha sido
una vidente que vino de cerca de mi barrio, porque ella no
quiso, y nos dijo que el niño estaba muerto y enterrado por
aquí cerca. No quisimos creerla por no pensar lo peor; y esa
mujer nunca nos cobró nada, al revés, nos ayudaba porque
sabía que no teníamos dinero. Fue la única honrada y la que
por desgracia decía la verdad. Es que nos dijo hasta el sitio
justo donde estaba enterrado...Lo que pasa es que eso era lo
último que queríamos pensar. Nos han dicho que cojamos un
abogado, pero es que mi madre no tiene dinero. Deberíamos
hacer algo con esto, pero me da miedo que hagan algo
contra mi, porque ya me dijeron que una psoriasis que tengo
me la había pegado una vidente. Pero lo pero fue lo de
Rappel; me dijo que lo veía con gitanos o gente de piel
oscura, en ferias. Que lo veía por Toledo, y mira tú donde
estaba el pobre. Otra llegó a decirme que lo tenían los
extraterrestres, y me cobró 8.000 pesetas, que le pedimos a
la gente porque ya no las teníamos. Si por lo menos hubiese
servido de algo, pero todo era mentira...".
Mari Carmen no ha recibido noticias de ninguno de los
videntes que le sacaron el dinero, tras aparecer el cadáver.
Está claro que sólo les interesa cobrar y seguir "ayudando al
prójimo". Este nuevo fraude es, si cabe, mucho más
repugnante que todos los anteriores, pues cuando un familiar
desaparece -especialmente si es un niño- durante un año, la
desesperación puede llegar a límites insospechados.
Mari Carmen afirma que está cansada de videntes, y por
descontado no quiere volver a acudir a ellos, pero también
declara que, pese a saberse con derecho a reclamar el dinero
estafado, es mayor su temor a un "mal de ojo".
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