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EOC nº 51

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Según explica el psiquatra, las palizas, los golpes, la<br />

privación sensorial, el hambre o el frío, son mucho menos<br />

importantes para las víctimas de la tortura, que la<br />

humillación, el miedo, y la tortura psicológica: “Yo creo que<br />

el objetivo de la tortura no es para matar fisicamete a la<br />

persona; es para matar a su espíritu. Para cambiar su<br />

carácter. Para infundir el miedo en su familia y en toda la<br />

comunidad”. Y como consecuencia de ello, algunos<br />

torturados, o simplemente personas que no han soportado<br />

los traumas de la guerra, se han convertido en suicidas.<br />

Uno de los casos más significativos que nos relató el Dr.<br />

Mahmoud Sehwail desembocó en las portadas de la<br />

prensa internacional, y en los listados estadísticos de los<br />

atentados suicidas en Palestina: “Hace 3 o 4 años yo<br />

estaba invitado en un programa en la radio, un programa<br />

para gente afectada. Un hombre llamó de fuera diciendo<br />

que sus hijos han presenciado la muerte de su madre por<br />

los israelíes, y esos niños se han vuelvo violentos,<br />

agresivos, en contra de otros en la escuela, en la calle. Y<br />

el hombre pedía un consejo, una ayuda psicológica. Nos<br />

enteramos después de un mes de que ese hombre se voló<br />

a si mismo en Israel. No pudo manejar su trauma. La única<br />

salida para él fue el suicidio”. El psiquiatra palestinoaragonés<br />

insiste en que tras cada atentado suicida se<br />

oculta un trauma y una historia familiar. “A uno de mis<br />

pacientes le habían destruído la casa en el 1989. Su<br />

hermano también encarcelado en prisiones israelies. Otra<br />

vez reconstruyo la casa y fue destruida otra vez. Y luego el<br />

acabo haciendo un acto suicida. Yo he conocido a las<br />

familias de los suicidas, y no hay ningún motivo religioso.<br />

Es la frustración. Tras cada acto suicida hay un trauma y<br />

una historia. No tiene nada que ver con la religión. Es<br />

gente traumatizada. Están utilizados por grupos<br />

extremistas”.<br />

Testimonios desgarradores El TCR, además de su sede<br />

central en Ramallah, tiene sucursales en otras poblaciones<br />

palestinas, como Jenin, Nablos o Gaza y hasta ellas nos<br />

desplazamos para recoger el testimonio de los torturados.<br />

Mahmud Sehwail ya nos advierte que los desplazamientos<br />

internos en el país son extremadamente complicados. Para<br />

evitar los chek point donde podríamos ser retenidos<br />

durante horas, hacemos lo que todos los palestinos;<br />

bordear las carreteras principales viajando por las<br />

montañas. Atravesando senderos, pistas y caminos que<br />

terminan por averiar los humildes coches de nuestros<br />

anfitriones. Pero si utilizásemos las carreteras israelíes, y<br />

nos identificásemos como periodistas que acudian a<br />

entrevistar a “terroristas”, con seguridad no pasaríamos del<br />

primer control militar.<br />

59<br />

En Jenin, una de las ciudades del norte del país, mas<br />

activa en cuando al enfrentamientos con las tropas<br />

israelíes, y donde hace pocos dias (14 de mayo) murieron<br />

9 personas bajo el fuego israelí conocemos al psicólogo<br />

Jamal Daglas y al psiquiatra Malek M. Hassan, ambos<br />

coordinadores del TRC del Dr. Sehwail en la zona. Los dos<br />

coinciden en que las técnicas habituales en los<br />

interrogatorios israelíes son: “Privación de sueño,<br />

aislamiento, humillación, golpear, pero sobretodo el<br />

sabaj…”. El sabaj consiste en colgar, con los brazos a la<br />

espalda, sobre la cabeza, boca abajo, etc, al interrogado,<br />

durante horas o a veces dias enteros. Desnudos, o en ropa<br />

interor, el peso del cuerpo, colgado de una cuerda, termina<br />

por producir grabes luxaciones, y dolorosisimas lexiones<br />

en brazos, espalda, axilas, etc. En las fotos de las torturas<br />

norteamericanas a detenidos iraquies en la cárcel de Abu<br />

Graib, que dieron la vuelta al mundo, aparecen víctimas<br />

del sabaj, con las caracteristicas capuchas, impregnadas<br />

de excrementos u orines, con las que se tapa la cabeza de<br />

los detenidos, para obligarles a respirar el detritus,<br />

sufriendo asfixias, vomitos, etc.<br />

Hassan y Mahmud son dos hermanos con los que nos<br />

reunimos en su domicilio de Jenin. Tanto ellos, como 8 de<br />

sus 10 hermanos, fueron detenidos e interrogados en<br />

alguna ocasión. Su casa fue bombardeada por los<br />

soldados israelíes y reconstruida por la familia una vez<br />

derribada. Y durante su estancia en prisión, ambos<br />

hermanos sufrieron la tortura de la cuerda o “sabaj”:<br />

“Primero te desnudan –explica Mahmud, que vivió varios<br />

meses en España y habla un poco de español, mientras su<br />

hermano Hassan asiente-, lo que te hace sentir humillado.<br />

Pero la vergüenza se te pasa cuando llega el frio y el dolor<br />

en los huesos. A mi me ataron las manos a la espalda y<br />

luego me colgaron de ellas durante horas. Es un dolor<br />

insoportable cuando todo el peso te cuelga de los brazos<br />

luxándote los hombros. Mi hermano lo llevo peor… el<br />

estuvo más de un dia así”.<br />

Terroristas suicidas… ¿cristianos?<br />

En Belén nos entrevistamos con Aiman, quien fue líder de<br />

las Brigadas de los Martires de Al Aqsa (brazo armado de<br />

Al Fatah) en la ciudad donde nació Jesucristo. Aiman<br />

también fue torturado, durante años. “La primera vez que<br />

entre en la cárcel – relata el líder de los Martires de Al<br />

Aqsa- fue en 1981. Estábamos trabajando contra la<br />

ocupación palestina, y fuimos detenidos, el 14 de agosto<br />

de 1981. Después de dos días de estar detenido<br />

destruyeron mi casa, en la que estamos ahora, y yo la<br />

reconstruí. En aquella época Arien Sharon era ministro de<br />

defensa y decidió que yo me quedara en la cárcel tres<br />

años y medio, hasta 1985”. Privación sensorial, palizas,<br />

sabaj, etc, modelaron, golpe a golpe y humillación tras<br />

humillación, el odio de Aiman hacia los sionistas, pero<br />

“después de salir de la cárcel todo el mundo sabía como<br />

soy yo, pero los israelíes ya me tenían fichado en su lista<br />

negra. Cuando llegó la primera intifada volvieron a<br />

detenerme otra vez, a principios de marzo de 1988. Esa<br />

fue una detención administrativa. Yo llevaba una vida<br />

normal, pero me detuvieron así para evitarme en la<br />

intifada. Después de 1988 han vuelto a detenerme,<br />

administrativamente, dos veces mas.”.<br />

En occidente pocas personas saben lo que suponen las<br />

“detenciones administrativa” israelíes, por las que un<br />

detenido palestino puede ser retenido, hasta seis meses,<br />

sin juicio, sin abogado y sin sentencia, y lo que es peor,<br />

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