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EOC nº 51

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Dibujo del objeto hecho por Carlos S. Ollés, que lo vio desde el<br />

barrio de Movera, mientras regresaba hacia Zaragoza<br />

Y es que si algo faltó en la investigación de lo<br />

ocurrido fue rigor, porque si bien se explicó qué podía<br />

haber sido lo que vieron centenares de personas, hubo<br />

otros avistamientos y fenómenos colaterales que<br />

quedaron sin explicar. Fueron casos que ocurrieron el<br />

mismo día 4, antes y después de que se observara el<br />

bólido, pero que venían ocurriendo desde principios de<br />

enero y continuaron hasta mitad de mes.<br />

En Fuerteventura, en las Islas Canarias, se<br />

fotografió 45 minutos antes del macroavistamiento del<br />

norte de la Península, “una estela parecida a la de un<br />

meteorito”. Un testigo describió lo que vio como “unos<br />

destellos como cohetes ardiendo que caían hacia el<br />

mar”. Varias personas describieron el fenómeno como<br />

algo precipitándose al agua. Siete horas después,<br />

diversas personas pudieron observar en Lanzarote “una<br />

estela de color verde” que cruzaba el cielo rumbo al<br />

norte.<br />

En Valencia, sobre las 17.30 horas, se vieron en el<br />

cielo cuatro estelas de color naranja, similares a las que<br />

deja un avión, que se dirigían hacia el oeste. Nadie<br />

sabe qué podían ser. Un poco más al norte, y más o<br />

menos a la misma hora (nótese que aproximadamente<br />

coincide con la hora de observación del bólido), Abel y<br />

Cinta se dirigían a Tortosa cuando algo llamó su<br />

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atención, tanto que, según nos contó Cinta, llegaron a<br />

parar el coche al lado de la carretera para observarlo<br />

mejor. Se trataba también de “una estela parecida a la<br />

que deja un avión”.<br />

En Puerto de Burriana, Castellón, sobre las 17.45<br />

horas, una mujer alertó a los Bomberos, a la Policía y a<br />

la Guardia Civil después de ver caer una bola de fuego.<br />

Y los volvió a alertar poco tiempo después porque dijo<br />

haber visto caer una segunda bola. Los rastreos no<br />

encontraron nada.<br />

Pero uno de los casos más curiosos fue el que le<br />

ocurrió a un automovilista que circulaba por la<br />

carretera entre Vélez y Málaga. Sobre las 21.15, un<br />

“meteorito” paró el motor de su coche. En las<br />

declaraciones dice: “A esa hora vi un resplandor muy<br />

fuerte en el cielo. Mi teléfono móvil dejó de funcionar,<br />

la radio y el motor de mi coche se pararon de repente y<br />

me quedé a oscuras en medio de la calzada”. A los tres<br />

minutos todo volvió a la normalidad.<br />

Además el día 4 hubo otro fenómeno que quedó sin<br />

explicar, fueron unos pequeños incendios que se<br />

encontraron en diversos puntos de la geografía<br />

española. En Renedo de Valderaduey (León), donde<br />

varios vecinos vieron el bólido, que causó una gran<br />

explosión, se incendió un área de cultivos. Saúl<br />

Blanco, de la Asociación Leonesa de Astronomía,<br />

afirmaría más tarde que “los presuntos (sic) incendios<br />

eran, en realidad, quemas de rastrojos”...<br />

En la Comunidad Valenciana, hubo un incendio en<br />

Cabanes (Castellón), detrás de la discoteca Pirámide,<br />

en la carretera hacia Oropesa, que tuvo que ser<br />

apagado por los Bomberos. También en Castellón,<br />

entre los municipios de Nules y Vall d’Uxó, se vieron<br />

caer bolas incandescentes y, según algunos medios<br />

como El Mundo, se contabilizaron hasta nueve<br />

pequeños incendios. Sin embargo, en conversación<br />

telefónica con la Policía Local de Nules, negaron que<br />

se hubiera producido ningún incendio.<br />

Más extraño fue el fuego que se produjo en<br />

Minglanilla (Cuenca), concretamente en el paraje<br />

llamado “Corral de Juan Sayas”. También a la hora del<br />

macroavistamiento se produjo un incendio que afectó a<br />

tres hectáreas de matorral y monte bajo y fue<br />

controlado a las 22 horas. Algunos vecinos aseguraron<br />

que vieron caer en el lugar bolas de fuego. Tras<br />

controlar el fuego, se encontraron unos pequeños<br />

cráteres de aproximadamente 30 centímetros de<br />

diámetro rodeados de una ceniza de color grisáceo.<br />

Este caso mereció la atención del CSIC, que aseguró<br />

tajantemente que los cráteres no eran de meteoritos.<br />

Jesús Martínez Frías, tras el análisis de los agujeros,<br />

aseguró en televisión que se trataba de “supuestos<br />

cráteres o supuestos agujeros”. Por lo visto estudiaron<br />

algo inexistente... Al margen de las incorrecciones<br />

léxicas, la Subdelegación del Gobierno de Cuenca<br />

comunicó, refiriéndose a los cráteres encontrados, que<br />

no existía relación “con los materiales, estructuras y<br />

efectos asociados con impactos de tipo meteorítico”,<br />

sin embargo nadie dio cuenta de qué podía ser la<br />

ceniza que llevaron a analizar ni qué podía haber<br />

provocado los cráteres.<br />

Para terminar el repaso de los incendios, en Santa<br />

Eulalia del Campo (Teruel), algunas personas vieron<br />

caer fuego y provocar un incendio junto a la línea del<br />

ferrocarril Valencia-Zaragoza, pero los agentes de la<br />

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