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La Sucesión Presidencial - secom sa de cv

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es el sentido que dio, conscientemente, a su vida, el sentido mismo<br />

<strong>de</strong> su vida, que residió en el cumplimiento <strong>de</strong> una misión. No sé<br />

como hablan <strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>ro y pa<strong>sa</strong>n por alto la realidad <strong>de</strong> su misión.<br />

Cuando, en 1908, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> escribir su libro, pi<strong>de</strong> a su padre que<br />

no se oponga a su publicación (su padre, por <strong>de</strong>scontado, era como<br />

todos los padres: un hombre que respondía a explicables intereses<br />

materiales y que veía que su hijo iba a ponerlos en peligro, aparte<br />

ponerse en peligro él mismo; un hombre, a mayor abundamiento,<br />

bienquisto con el régimen, amigo personal <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>roso Limantour);<br />

en 1908 escribe a su padre largamente, heridamente, en un<br />

grito que comienza así:<br />

158<br />

Yo esperaba que mi carta te habría hecho meditar sobre el verda<strong>de</strong>ro<br />

objeto <strong>de</strong> la vida y que, comprendiendo que a este mundo venimos a<br />

cumplir una misión relacionada con nuestra vida eterna, <strong>de</strong>bíamos <strong>de</strong><br />

dar más importancia a e<strong>sa</strong> misión que a las pequeñas peripecias que<br />

llegan a embargar todos nuestros sentidos si no nos elevamos, en alas<br />

<strong>de</strong> nuestras nobles ten<strong>de</strong>ncias, a las serenas alturas <strong>de</strong>l espíritu, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

don<strong>de</strong> podremos apreciar en su justo valor todas las pequeñeces <strong>de</strong><br />

este mundo, y compren<strong>de</strong>r claramente que nuestro paso sobre él es<br />

transitorio, y el objeto que nos trae a él bien <strong>de</strong>terminado.<br />

Ahí está Ma<strong>de</strong>ro, ahí está la raíz <strong>de</strong> la cau<strong>sa</strong> moral a la que<br />

convocó y que no pue<strong>de</strong> ser pa<strong>sa</strong>da por alto sin pa<strong>sa</strong>r por alto su origen<br />

trascen<strong>de</strong>ntal. Ignorar e<strong>sa</strong> zona <strong>de</strong> Ma<strong>de</strong>ro no conduce a nada:<br />

conduce, cuando más, a reducirlo a lo que todo eso significó para los<br />

científicos y significa, aunque no lo confiesen sino veladamente, para<br />

los científicos <strong>de</strong> nuestro tiempo: un buen hombre que, sin <strong>sa</strong>berlo,<br />

puso el cascabel al gato, un iluso que confundió México con Suiza,<br />

un ingenuo que entregó a la Revolución en Ciudad Juárez y que hizo<br />

<strong>de</strong> su gobierno un soberano disparate. Un caudillo, a fin <strong>de</strong> cuentas,<br />

<strong>de</strong>l que no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> hablarse y cuyos monumentales yerros<br />

conviene olvidar.

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