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Ver/Abrir - Repositorio Digital de Tesis PUCP - Pontificia ...

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contemplador resi<strong>de</strong> la posibilidad <strong>de</strong> lo ilusorio y <strong>de</strong> lo falso” (Martínez<br />

Bonati, 2001, p.195).<br />

En este trabajo se consi<strong>de</strong>ran a) los discursos <strong>de</strong> Alberto Fujimori como representación<br />

material o ícono <strong>de</strong> la representación (el maniquí, el discurso material), b) el personaje <strong>de</strong><br />

El Chino como imagen representativa o representación imaginaria (el cliente vestido a la<br />

moda, el presi<strong>de</strong>nte con ciertos rasgos) y c) Alberto Fujimori como objeto o individuo<br />

representado (el presi<strong>de</strong>nte Fujimori <strong>de</strong> carne y hueso).<br />

Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la producción <strong>de</strong>l personaje, Alberto Fujimori crea una<br />

representación <strong>de</strong> sí mismo en el discurso oficial. Esta representación preten<strong>de</strong> ser fiel al<br />

mo<strong>de</strong>lo, es <strong>de</strong>cir, tien<strong>de</strong> a que el personaje <strong>de</strong> El Chino se confunda con la persona misma<br />

<strong>de</strong> Alberto Fujimori y la “realce”. Para ello selecciona, exagera y acumula en sus<br />

discursos algunos rasgos y cualida<strong>de</strong>s que se otorga, <strong>de</strong> modo que “lo positivo” <strong>de</strong> El<br />

Chino se trasla<strong>de</strong> a Alberto Fujimori durante la recepción <strong>de</strong>l discurso. Los métodos <strong>de</strong> la<br />

representación son usados para crear un personaje que tiene la misma i<strong>de</strong>ntidad y cara<br />

que la persona representada y al que se pone en el espacio absoluto <strong>de</strong> su discurso<br />

político, que versa sobre el Perú <strong>de</strong> los 90, y que está comunicado con el Perú real<br />

mediante los hechos y la información que narra. Estos ingredientes <strong>de</strong> “realismo”<br />

(i<strong>de</strong>ntidad histórica <strong>de</strong>l personaje, ámbito oficial <strong>de</strong>l discurso, temática <strong>de</strong>l discurso)<br />

colaboran para que el truco (la falsa metonimia <strong>de</strong> la que ya se habló) no sea observado,<br />

para que la representación no sea entendida como tal, para que el personaje sea tomado<br />

por persona, para que la puerta pintada en la pared parezca una puerta <strong>de</strong> verdad y para<br />

que los que escuchan el discurso pasen por ella “como por un aro”.<br />

Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la recepción, algunos públicos <strong>de</strong> los discursos creen que el<br />

maniquí disfrazado <strong>de</strong> El Chino es efectivamente Fujimori (¿mayoría fujimorista?), y la<br />

representación funciona no artísticamente, engañando sus sentidos. Para otros, la<br />

representación funciona artísticamente y aunque saben que El Chino es sólo un personaje,<br />

éste les permite evocar a Alberto Fujimori (¿fujimoristas con imaginación?). Otros, no<br />

ven en El Chino más que un maniquí disfrazado burdamente: se le nota el disfraz, se le<br />

cuentan las puntadas, el velcro aparece por todas partes... La <strong>de</strong>masiado libre y poética<br />

configuración <strong>de</strong> El Chino no les permite evocar a Fujimori, sino que les llama la<br />

atención sobre las diferencias entre ambos. Para este último y <strong>de</strong>sgraciado público, a<br />

Fujimori autor <strong>de</strong> los discursos el arte no le alcanza para crear la ilusión y la copia no le<br />

alcanza para inducir al engaño.<br />

La propuesta <strong>de</strong> “representación” <strong>de</strong> sí mismo que hace Alberto Fujimori en sus discursos<br />

oficiales es un oxímoron (aunque quizás Alberto hablaría <strong>de</strong> “pragmatismo”): intenta<br />

hacer una “copia” <strong>de</strong> sí pero valiéndose <strong>de</strong> la imaginación, apunta a lograr la ilusión<br />

absoluta <strong>de</strong> la representación (no artística sino política) pero recurriendo a liberta<strong>de</strong>s sólo<br />

permitidas para las creaciones <strong>de</strong> ficción. Si el discurso político <strong>de</strong> Alberto Fujimori<br />

acu<strong>de</strong> a recursos <strong>de</strong>l discurso ficcional, pue<strong>de</strong> entonces ser analizado como discurso<br />

ficcional. Y <strong>de</strong> eso se trata la presente investigación: <strong>de</strong> <strong>de</strong>snaturalizar la representación<br />

para verla como objeto. Hecho esto, <strong>de</strong>bería notarse la diferencia entre la representación<br />

y lo representado, entre el personaje y la persona, entre el ente ilusorio y el real. Se<br />

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